28 agosto 2006

Las vacaciones son para mover el culo


El director de "Al filo de lo imposible" une su pasión por las cumbres y su trabajo con la ONG Sarabastall en el valle pakistaní de Hushé

Unirá dos pasiones: la montaña y el vuelo. Sebastián Álvaro pasará las vacaciones en el Karakorum pakistaní. «Seis componentes de 'Al filo de lo imposible' vamos al glaciar Charakusa. Estaremos filmando cuarenta días. Ascenderemos a picos de 5.000 y 7.000 metros, y haremos parapente». Le parece un verano inigualable. «Me gusta todo. Voy a estar con cinco amigos, en un lugar virgen, desconocido, donde apenas ha entrado gente. Me parece de las cosas más gratificantes que se pueden hacer en este mundo: subir a una montaña alta y bajar volando».

Al terminar el rodaje, se quedará en el valle de Hushé. «Los porteadores de la zona son nuestros amigos. Han hecho mucho por mi gente y por mí en los últimos 25 años». Siempre han querido agradecerles sus esfuerzos. «Pero nosotros hacemos documentales. No tenemos mucho tiempo y tampoco sabemos cómo recaudar fondos». Hasta que recibieron el premio Nómada, dotado con cinco millones de pesetas. «En vez de repartirlos entre el equipo, decidimos dedicarlo a revitalizar la zona, a través de la ONG Sarabastall, de Caspe». Quien quiere arrimar el hombro se paga el viaje de su bolsillo. «Aportamos talento y trabajo». Los niños, dice, ya llevan zapatos y casi todos están escolarizados. Los porteadores están bien equipados. «Además, mejoraremos la agricultura, instalaremos la red de agua y de alcantarillado, y construiremos un refugio llamado 'Al filo de lo imposible', que será el motor económico del valle».

Lleva un cuarto de siglo viajando al Karakorum. «A veces, he ido más de una vez por año. Habré estado unas cuarenta veces». Le parece el lugar más bello del planeta. «Tiene 5 montañas de más de 8.000 metros; 130 de más de 7.000; y miles que sobrepasan los 6.000». Le fascina porque es el lugar más abrupto de la Tierra. «Tiene desniveles de hasta siete kilómetros. Gente muy diversa, distintas culturas y religiones». Y muchas historias apasionantes como la de la ruta de la seda y la de las expediciones de Luis de Saboya. «Me parece un lugar único en el planeta». El Karakorum, confiesa, marcó un antes y un después en su existencia. «Fui allí por primera vez en 1981 y me cambió la vida. Automáticamente supe que volvería. Luego vino el proyecto de 'Al filo de lo imposible' y todo lo demás. Posee una belleza increíble».


Nunca ha vivido un verano convencional en su vida. «Por lo menos, que recuerde». A veces, cuando su hijo era pequeño y estaba en Murcia con su suegra, iba a recogerlo. «Y, con dos días, ya tenía suficiente».

Lamenta que España sea un país tan aburrido. «Todo es previsible: la vida cotidiana, la bronca política. Llevamos dos años diciendo que Ronaldo anda mal. ¿Que peste!». En Pakistán, advierte, la gente se enfrenta a problemas como la tuberculosis, la sarna y la polio. «Aquí nieva y un pavo que va sin cadenas y se queda tirado en la carretera se cabrea porque la Guardia Civil tarda en llevarle el bocadillo. Creo que hemos perdido el referente». A Sebastián Álvaro le chirría el verano de cerveza y tumbona. «Las vacaciones son para mover el culo. Me he convertido en un profeta de las caminatas». Propone abolir la rutina y las certezas. «Tira el móvil y olvídate de la pareja durante unas semanas. Verás como ganas perspectiva de vida y ves las cosas con suma claridad».



Fuente: elcorreodigital.com (25/agosto/2006)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario...