A todo esto se añaden 400 gramos entre verduras y frutas, que reducen la presión sanguínea, y, para reducir en otro 14 por ciento el citado riesgo, también pescado, hasta un máximo de cuatro veces a la semana.
Los expertos incluyeron estos alimentos en la dieta de un grupo de personas, y revisaron cómo cada ingrediente solos o combinados, reducen la enfermedad cardiaca, la tensión arterial o el colesterol variando las cantidades y evaluando sus efectos.
Han advertido que no es probable que el aumento de las cantidades consumidas de estos productos aumente el efecto de la dieta, pero su disminución sí que reduce sus saludables efectos.
Según el doctor Óscar Franco, responsable del trabajo holandés, "para mantener una vida sana es necesario llevar un estilo de vida equilibrado y este estudio aporta una forma natural de conseguir este equilibrio en la salud diaria a través de la alimentación".
De acuerdo al Erasmus y otros estudios, si se toma con moderación, el vino ayuda a prevenir algunas enfermedades cardiovasculares y cánceres, gracias a la acción antioxidante de sus polifenoles y del resveratrol, el cual ayuda a reducir la incidencia de Alzheimer y demencia. El más saludables es el tinto, más rico en colorantes naturales protectores.
Respecto del chocolate negro, un tercio de su grasa es ácido oleico, el cual disminuye el colesterol en la sangre. Además es rico en flavonoides con un efecto cardioprotector y preventivo de la arteriosclerosis, y hay evidencias de los efectos antioxidantes de las dietas que incluyen el polvo de cacao y el chocolate. Para aprovecharlo, basta con tomar al día una taza de chocolate con más de un 70 por ciento de cacao.
Pescados y vegetales que curan
Entre los frutos secos, las almendras son las que tienen mayor densidad de nutrientes, al ofrecer magnesio, proteínas, cobre, riboflavina, fibras, calcio y grasa monoinsaturada. Son una excelente fuente de vitamina E, un antioxidante que ayuda a retrasar el envejecimiento y a prevenir enfermedades cardíacas. Cuantas más almendras se usen en lugar de productos con grasas altamente saturadas, mayor será la posibilidad de reducir el colesterol, sobre todo el de tipo LDL, el más perjudicial.
De acuerdo a numerosos estudios, el ajo ayuda a combatir un buen número de hongos, bacterias y virus, aumenta las secreciones bronquiales, estimula las mucosas gastrointestinales, es diurético y antiinflamatorio, y contribuye a prevenir y aliviar el dolor en las piernas al caminar causado por la arterioesclerosis. Su consumo frecuente hace que aumente el diámetro los pequeños vasos sanguíneos, lo que hace que la sangre fluya con mayor facilidad y que disminuya la presión sanguínea.
Fuente: azcentral.com (7/Junio/2006)
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