02 junio 2006

Alimenta la salud de tu corazón

La alimentación tiene un papel primordial en la salud cardiovascular. Aumentar el consumo de frutas, verduras y fibra, y reducir el de grasas saturadas ayuda a prevenir los problemas circulatorios.

El aparato cardiovascular es una de las partes de nuestra anatomía que más deberíamos cuidar. Sin caer en alarmismos, hay que recordar que la mayor parte de fallecimientos en los países desarrollados se deben justamente a alteraciones arteriales. El sistema cardiovascular comprende el corazón, el sistema arterial, que transporta la sangre oxigenada del corazón al resto del organismo, y el sistema venoso, que recorre el trayecto inverso al llevar la sangre con sustancias de desecho primero a los pulmones y después al corazón. En definitiva, se trata de un sofisticado sistema de «tuberías» con una bomba impulsora perfecta (el corazón) y muchas «cañerías» (arterias y venas). Toda una maquinaria que hace que la sangre llegue con oxígeno y todos sus nutrientes a cada célula del organismo.

Cuando se habla de mala circulación, por tanto, debe distinguirse entre la mala circulación venosa y la mala circulación arterial. La primera puede originar problemas tan serios como la aterosclerosis, la isquemia cerebral o el infarto. El sistema venoso por su parte puede también sufrir desde simples problemas de varices o hemorroides hasta una trombosis.

Consejos básicos para un corazón sano:
  • Tomar vegetales a diario. Las verduras, frutas y legumbres ayudan a una buena circulación sanguínea.
  • Acostumbrarse al sabor natural de los alimentos. A ser posible, desde la infancia. Si se aprecia el sabor natural de los alimentos, no se necesita salarlos ni condimentarlos tanto.
  • Caminar a diario un mínimo de una hora. Parece fácil pero no siempre se lleva a la práctica. Caminar es uno de los ejercicios más efectivos para la mala circulación.
  • Utilizar condimentos naturales como el ajo, la cebolla, el cebollino, el puerro… La cocina tradicional los utilizaba pero actualmente el poco tiempo y la obligatoriedad de comer fuera de casa hace que esto sea más difícil. Una lástima porque son muy positivos para la circulación.
  • Dormir en una cama ligeramente inclinada. Es un recurso sencillo que funciona en personas con problemas de retorno venoso. Basta con elevar ligeramente la parte que corresponde a los pies de la cama, con un almohadón por debajo del colchón, por ejemplo. También hay que evitar dormir en ambientes calurosos o con demasiada ropa de abrigo (edredones gruesos, etc.).
  • Mantener un tránsito intestinal regular. El estreñimiento es un verdadero problema para la circulación: aumenta la absorción de sustancias que deberían eliminarse y, además, un intestino muy lleno puede presionar las venas abdominales.
  • Darse masajes con cierta periodicidad. Un masaje circulatorio es una ayuda para la circulación que vale la pena tener en cuenta. Hay que buscar siempre profesionales experimentados. Resultan útiles también los masajes con duchas de agua caliente y fría, de forma alterna.
  • Dormir lo suficiente. La posición horizontal y la función relajante del sueño son muy positivas para la circulación.
Lo que no hay que hacer:
  • Picotear.
  • Abusar del alcohol
  • Alimentos desaconsejados: lácteos grasos, carnes grasas, margarina convencional, excitantes, embutidos, precocinados, bollería y pastelería industrial.
  • Recurrir a las salsas preparadas.
  • Descuidar la tensión arterial.
  • Permanecar mucho rato de pie o sentado.
  • Fumar.
  • Llevar prendas muy ajustadas.
Fuente: cuerpomente.com - 2/junio/2006

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