Cualquiera que al menos haya pensado en hacer gimnasia ha escuchado advertencias acerca del ácido láctico. Se acumula en los músculos. Es lo que quema los músculos. Su acumulación es lo que hace que los músculos se cansen y se dañen.
Los entrenadores les dicen a los atletas que tienen que aprender a trabajar justo por debajo del "umbral láctico", cuando la sustancia comienza a acumularse. Algunos hasta se hacen tests sanguíneos para conocer sus umbrales lácticos personales.
Pero resulta que eso está todo mal. El ácido láctico es en realidad un combustible, no un producto de desecho. Los músculos lo hacen deliberadamente, a partir de la glucosa, y lo queman para obtener energía. La razón de que los atletas pueden esforzarse tan fuertemente y durante tanto tiempo es que la práctica hace que sus músculos absorban más eficientemente el ácido láctico. "Es uno de los errores clásicos de la historia de la ciencia", afirma el doctor George Brooks, profesor del departamento de biología integrativa de la Universidad de California en Berkeley.
Los orígenes de este malentendido surgen del estudio de un premio Nobel, Otto Meyerhof, que a principios del siglo XX cortó un sapo por la mitad y puso la parte inferior en una jarra. Los músculos no tenían circulación ni fuente de oxígeno. Cuando Myerhoff los examinó, descubrió que estaban bañados en ácido láctico. Había nacido una teoría: la falta de oxígeno conduce al ácido láctico, que conduce a la fatiga.
Hoy se sabe que las células musculares convierten la glucosa en glicógeno o ácido láctico. Este es absorbido y utilizado como combustible por las mitocondrias, las fábricas de energía de las células. Las mitocondrias incluso tienen una proteína especial para transportarlo a su interior, según descubrió Brooks.
El entrenamiento intenso hace una gran diferencia porque puede duplicar la masa de las mitocondrias y hacer que éstas quemen más ácido láctico y sus músculos puedan trabajar más duramente y durante más tiempo.
Fuente: intramed.net - 23/5/2006 ; LA NACION | 23.05.2006 | Página 14 | Ciencia/Salud
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