24 febrero 2006

Raquetas de Nieve, el placer de caminar y dejar huella

Con la llegada del invierno las cumbres y los campos se cubren de nieve y un magnifico terreno de juego se despliega ante nuestros ojos. La nieve antes enemiga de nuestras caminatas invernales pasa a ser, gracias a las raquetas de nieve, aliada, cómplice y amiga de nuestras correrías por la naturaleza.

La sensación de caminar abriendo huella en un paraje inmaculado, sin ruidos que perturben la armonía del paisaje emociona nuestros sentimientos y nos devuelve a ese contacto íntimo con la naturaleza. Las sorpresas son infinitas, los encuentros con los animales o con sus pasos en la nieve nos llevan a explorar esa parte de rastreadores que hemos ido olvidando.

La montaña se vive de otra manera en invierno; aquí nos muestra su lado más sereno y también en ciertos momentos el más hostil. Las horas de luz son pocas y los horarios cambian aumentando generalmente entorno a un 30%. El frío y los aludes aparecen como los principales riesgos objetivos a prevenir.

Existen muchas maneras de desplazarnos sobre el manto nivoso pero ninguna tan simple y tan eficaz como las raquetas de nieve. Aparecieron hace 6000 años o por lo menos esas son las raquetas más antiguas que se han encontrado en la zona de Asia central como respuesta al problema del desplazamiento que sobre la nieve representaba para estas tribus nómadas. Gracias a esta herramienta posiblemente se facilitó el paso del estrecho de Bering (entre Asia y América) dando lugar a colonización por parte de los eurasiáticos del norte de América. En esta tierra del gran norte es donde alcanzarían su mayor uso y desarrollo perviviendo modelos de diseño de raquetas que apenas han cambiado hasta el día de hoy.


Las raquetas nos permiten desplazarnos por la nieve como los antiguos colonizadores Los segundos colonizadores, Ingleses y Franceses del norte de América (lo que hoy es Canadá y Alaska) dibujaron escenas de la vida cotidiana donde los indios aparecían con raquetas de nieve bajo los mocasines para salir a cazar el búfalo o para ir a la guerra. Eran estas de forma alargada, con el correaje hecho de finos trenzados de cordel en cuero, con la parte delantera espatulada, prácticamente copias en basto de los diseños actuales. Los tramperos con sus gorros de cola de castor embutidosen pieles y avanzando por las llanuras con sus grandes raquetas son una imagen que el cine de Hollywood nos regalo junto con esos grandes espacios inmaculados.

El uso de las raquetas perdura hasta nuestros días en las sociedades rurales que viven en contacto con la nieve y aunque se imponen herramientas de desplazamiento más actuales, como la moto de nieve, siguen existiendo lugares a los que solo es posible llegar caminando. En los Alpes y Pirineos las raquetas se adaptaron a las fuertes pendientes de las montañas haciéndose más pequeñas y redondeadas. Muchos de estos modelos decoran ahora paredes de restaurantes, refugios y bares puesto que la raqueta tradicional de madera ha siso sustituida por modelos en plástico de poco peso y una gran resistencia, adaptándose y mejorándose además los sistemas de fijación.


Tipos de raquetas
Actualmente existen multitud de formas en el mercado las más comunes; todas ellas con unas dimensiones que oscilan entre los 60 y 80 cm de longitud y los 22 los 30 de anchura.


Raqueta de tenis: simétrica y alargada es útil en nieves frescas y profundas, al engancharse poco en ellas pero ofrece menos base de sustentación que otros modelos; se maneja muy bien en media ladera y la cola o mango que sobresale nos ayudara a levantar la punta por contrapeso y encauza correctamente la posición del pie.

Ovalada muy alargada: disimétrica, más ancha hacia el exterior que hacia el interior; buena base de sustentación, poco hundimiento, punta espatulada; funciona peor en nieves costra pero es muy polivalente.

Forma avispa: más estrecha en el centro que por los extremos posiblemente la más polivalente pero sigue siendo incómoda en media ladera. Cuando compremos una raqueta de nieve es importante saber cual es el peso máximo para el que están pensadas (nuestro peso + mochila). Aparecen en el mercado también modelos para niños a partir de tres años de tal manera que toda la familia puede salir a disfrutar de la nieve, siempre adecuando el recorrido a nuestras capacidades.

Las raquetas se fijan a la bota por medio de las fijaciones que normalmente son unos correajes con unas bandas de plástico en la parte delantera y un cierre de carracla a la altura del empeine de tal manera que bota y raqueta se unen de una forma solidaria. Existen modelos más técnicos con fijaciones similares a las del esquí que permiten un ajuste más rápido y preciso pero que necesitan de unas botas especiales.

Todas ella sin embargo dispone de sistemas de regulación de la talla que permiten adaptarlas a un rango de tamaños de botas. Además y para enfrentarnos a fuertes pendientes disponemos de las alzas que nos colocan el pie en una posición de subida mucho más favorable haciendo que nuestros gemelos y nuestros cuadriceps lo agradezcan. Un pequeño crampón de puntas frontales y en la base nos acabara de fijar al suelo en las condiciones en las que la nieve o el hielo así lo requieran.


Botas y bastones
Para excursiones cortas o largas con buen tiempo en el que no sobrepasemos una excesiva altitud, las botas que normalmente usemos en verano nos pueden servir de maravilla, siempre que nos sujeten el tobillo de una manera segura.

La impermeabilidad mejora con el uso de unas polainas y al ir con las raquetas la cantidad de nieve con la que estamos en contacto directo no es tan grande con lo que es más difícil que se nos empapen totalmente las botas.`

Procuraremos no estrenar nunca calzado de montaña en una excursión larga ni pedirlo prestado puesto que las rozaduras nos pueden amargar un buen día de monte.

Aislarnos del frío requerirá además del uso de calcetines térmicos, mejor opción que el uso de dos pares de calcetines que podría hacer que el pie fuera muy presionado en la bota y por lo tanto dificultar la circulación de la sangre en el pie.

Los bastones serán buenos aliados y me atrevería a decir que imprescindibles para mantener el equilibrio así como para asegurar un correcto ritmo en la marcha descargando además a las piernas de un porcentaje de peso de nuestro cuerpo.

Bastones, raquetas, mochila y botas material indispensable para la práctica de este deporte invernal.

Material necesario
El senderismo con raquetas de nieve es un deporte que no necesita de grandes complementos, ya que al fin y al cabo se trata de andar. Las botas de montaña que usemos en verano complementadas con una polaina que nos protegerá de la entrada de nieve en nuestro calzado serán el material más técnico que tengamos que usar aparte eso sí de las raquetas.

Las botas no debemos nunca estrenarlas ni en una excursión larga ni pedirlas prestadas a nadie ya que podemos acabar con una dolorosa experiencia.

Complementando a las botas un buen par de calcetines nos mantendrán los pies calientes dentro de la bota y si disponemos de otros podremos cambiarnos en cuanto termine nuestra excursión. Es preferible el uso de calcetines térmicos a dos pares de calcetines ya una excesiva presión sobre el pie dificulta la circulación y por lo tanto aumenta la sensación de frío.

A la hora de elegir que ropa llevar debemos pensar en una combinación de prendas que nos permitan la termorregulación o lo que es lo mismo, adaptar nuestra vestimenta a nuestras necesidades calóricas ya que la actividad de caminar nos hará subir la temperatura. Debemos por tanto intentar vestirnos en base al denominado sistema de capas:

1ªCapa: ropa de polipropileno que se encarga de mantenernos secos de nuestra propia humedad generada por la sudoración. Si no disponemos de camisetas de este tipo, una camiseta de repuesto evitara que el sudor se nos enfrié encima al llegar al destino.

2ªCapa: aislante, que evitará la pérdida de la temperatura corporal, normalmente un forro polar cumple perfectamente este cometido a la par que facilita la evaporación del sudor. Una prenda de lana puede sustituirlo.

3ªCapa: cortavientos, esta última capa nos protegerá de la perdida de calor por convección, muy importante puesto que la presencia del viento hará aumentar en mucho la sensación de frío (ver cuadro), a la vez que nos aislará de la nieve y de la lluvia. Si además permite la evaporación, no acabaremos mojados en nuestro vapor corporal.

Material recomendable para una salida de un día: botas de montaña, calcetines térmicos y repuesto, polainas, guantes y repuesto, gafas de sol (nivel 4), gorro, mochila 20L, impermeable tipo gore-tex o similar, ropa interior térmica, prenda de abrigo, cantimplora o termo, comida para el día, crema de protección solar (factor 25), frontal, botiquín, teléfono móvil, raquetas, bastones, mapa y brújula, mechero, navaja, papel higiénico.

Fuente: pirineos.com

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