La osteoporosis es una enfermedad que puede tener consecuencias graves en el aspecto físico y psicológico del paciente. En España, el coste del tratamiento de las fracturas de origen osteoporótico en los servicios hospitalarios superan los 800 millones de euros y menos del 35% de los pacientes recupera una capacidad funcional similar a la previa.
La osteoporosis afecta fundamentalmente a las mujeres, aunque también existe en el varón. Con el incremento progresivo de la edad, la incidencia de fracturas osteoporóticas, inicialmente muy dispar en ambos sexos, tiende a converger. Así, mientras que en la franja de edad comprendida entre los 50 y los 75 años la proporción de osteoporosis en mujeres y hombre es de 6 sobre 1, respectivamente, a partir de los 75 años de edad la diferencia se reduce hasta dos mujeres con osteoporosis frente a un hombre.
El Decálogo consta de los siguientes puntos:
- Nunca se debe atribuir al envejecimiento fisiológico. Es una alteración patológica del proceso de renovación del hueso (remodelado).
- Puede afectar a ambos sexos. Aunque es una enfermedad que afecta predominantemente a la mujer, los hombres mayores también pueden padecerla.
- Su complicación más grave y frecuente son las fracturas por fragilidad. Las fracturas disminuyen la capacidad funcional del anciano, pudiendo llegar a ser causa de dependencia y, además, acortan su vida.
- La producción de una fractura por fragilidad es causa suficiente para establecer el diagnóstico. Actualmente ya no se considera necesaria la medición de la masa ósea para establecer el diagnóstico tras una de estas fracturas.
- Una dieta rica en calcio y vitamina D es esencial para su prevención. El pico máximo de masa ósea se alcanza en la tercera década de la vida. No obstante, sigue siendo importante el contenido de calcio de la dieta a todas las edades. Para las personas mayores, ésta debe contener entre 1.200 y 1.600 mg/día.
- El ejercicio físico también es indispensable. Una persona inmóvil pierde calcio por orina disminuyendo la densidad del hueso. Por tanto, debe ser prioritario mantenerse activo y en forma.
- Se deben evitar tóxicos como el café, alcohol y tabaco. Todos ellos favorecen la desmineralización del tejido óseo.
- Las caídas favorecen las fracturas por fragilidad. Detectar factores de riesgo de caídas prevendrá muchas complicaciones. Por ello es conveniente no acumular fármacos, revisar periódicamente la tensión arterial, la vista y el oído, acudir al médico en caso de inestabilidad y retirar todos los obstáculos que puedan entrañar algún peligro.
- Hay que tratarla siempre. Una vez diagnosticada la enfermedad, es absolutamente necesario instaurar un tratamiento adecuado, sea cual sea la edad del paciente.
- La instauración de un tratamiento específico no evita la aplicación de las medidas preventivas antes comentadas. El ejercicio físico y la ingesta de dosis suplementarias de calcio y vitamina D son medidas preventivas complementarias que hay que mantener siempre.
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