03 septiembre 2005

El ejercicio ayuda a cuerpo... y mente

No se puede negar que el ejercicio físico es tan bueno para el cuerpo como para el cerebro.

Los
estudios científicos arrojan más y más pruebas de que el ejercicio, a corto plazo, estimula la capacidad del cerebro de procesar datos, entre otras funciones. También se ha concluido que rachas fuertes de ejercicio físico reducen la depresión y la ansiedad, enfermedades que pueden inhibir el funcionamiento de la mente. La actividad física, prolongada en el tiempo, puede postergar los efectos mentales del envejecimiento y, tal vez, del Alzheimer.

Estos hallazgos sugieren que el ejercicio debiera ser apreciado por cualquier empleado cuyo trabajo requiera pensar rápido y mostrar buen criterio. Por supuesto que hacer ejercicio no garantiza que Bush o nadie vaya a tomar buenas decisiones. "No hay evidencia de que si se mantiene activo se volverá más sabio", dice Rod K. Dishman, profesor de la ciencia del ejercicio de la Universidad de Georgia.

De todos modos, una variedad de estudios ha encontrado una relación entre el ejercicio y el desempeño mental. Una investigación realizada en 2005 y publicada en el Journal of Excercise Physiology siguió los resultados obtenidos por 884.715 estudiantes de primaria y secundaria en California en los exámenes de educación física requeridos en el estado. Luego, los comparó con los puntajes de una prueba estándar de comprensión y matemáticas. ¿Ya lo adivinó? Los alumnos más aptos físicamente tuvieron los mejores resultados en la medición académica. "Los resultados indican una relación positiva consistente entre la aptitud física y los logros académicos", dice el documento.

Ninguna investigación sugiere que la gimnasia pueda reemplazar el ejercicio intelectual, pero lo puede mejorar. Y este efecto se nota rápidamente. Un artículo publicado en 2003 por la revista Acta Psychologica analizó docenas de mejoras cognoscitivas a corto plazo resultantes del ejercicio. "Los datos empíricos apoyan incuestionablemente la tesis de que el ejercicio aeróbico puede facilitar la función del conocimiento", especialmente el procesamiento de información, concluye el artículo.

La evidencia es aún más concluyente en cuanto a los efectos a largo plazo. La revista especializada Journal of the American Medical Association dice en su número de septiembre que, entre más de 18.000 mujeres estudiadas, las que hacían una mayor cantidad de ejercicio tenían un 20% menos de riesgo de padecer problemas cognitivos. "La actividad física a largo plazo, incluyendo caminar, está ligada a una función cognitiva significativamente mejor, y menos declinación intelectual en las mujeres mayores", concluyó la investigación.

Otros estudios señalan que el ejercicio puede hacer que el cerebro actúe como el de una persona más joven. Arthur Kramer, responsable del centro Biomedical Imaging, de la Universidad de Illinois, sometió los cerebros de personas de tercera edad a exámenes de resonancia magnética antes y después de seis meses de realizar gimansia aeróbica. Los resultados sugieren que la actividad física produce patrones cerebrales propios de los veinteañeros, asegura el doctor Kramer.

Ahora, los científicos se concentran en determinar cuánto y qué tipo de ejercicio produce los mejores resultados para el cerebro. "¿Cuánto tiempo dedicar al ejercicio? ¿Con qué intensidad? ¿Cuánto durarán los efectos?", se pregunta Jennifer Etnier, profesora de la Universidad de Carolina del Norte, en Greensboro, que estudia estas interrogantes. Por el momento, pareciera que una actividad física extrema, como una maratón, podría causar tanto daño como beneficios, pero cantidades modestas de ejercicio, como caminar, pueden tener resultados positivos.

Publicado: The Wall Street Journal

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