13 septiembre 2005

Actividad y dinamismo son claves para la calidad de vida de los ancianos

El secreto, sin embargo, está en prepararse desde la juventud para cuando llegue la vejez.

El número de ancianos crece en el mundo, a medida que aumenta la esperanza de vida y disminuyen las tasas de natalidad. Pero, también crecen sus ilusiones, sus expectativas y la posibilidad de vivir de una manera sana, sin tantos achaques y con optimismo. Es posible disfrutar al máximo esta etapa, revalorando todas las experiencias vividas y aprovechando los nuevos espacios de convivencia que existen.

En países como China, Japón e India, así como en otros lugares de Oriente, la figura del anciano es vista como una guía para la evolución del espíritu, debido al dominio interior que han alcanzado a través de su experiencia en la vida y a la sabiduría basada en su aprendizaje del mundo que lo rodea.

El mundo occidental está lejos de llegar a ese ideal, pero hay avances importantes que han sido liderados por los mismos adultos mayores quienes han vencido la idea de que la vejez es el final y han decidido darse la oportunidad de soñar de nuevo, de confiar en su sabiduría, de cuidarse y de vencer el mito de la jubilación.

Leonor Luna Torres, profesora de la facultad de enfermería de la Universidad Nacional, destaca la importancia de encontrar ancianos con espíritu joven, entusiasta, llenos de motivaciones, con deseos y razones para seguir viviendo. Para ello, median aspectos de su entorno, como los culturales, su personalidad y el ámbito social que los rodea.

Para John Jairo Díaz, secretario general de la Asociación Nacional de Pensionados del ISS (Anpiss), lo importante es no ser displicente con la persona de la tercera edad, sino tolerarlos e incentivarlos a sentirse activos y que no se vean como un mueble viejo dentro de la casa.

Desde la niñez

Definitivamente, es posible envejecer saludablemente, pero si se logra un cambio del estilo de vida desde edades tempranas. La familia puede contribuir a mejorar la percepción sobre esta etapa con su respeto, apoyo y amor.

Un factor que contribuye a que el anciano se sienta mejor consigo mismo es mantener un ritmo de ejercicio constante, de acuerdo a sus condiciones físicas. Caminar, bailar, nadar, entre otras actividades, le harán sentirse activo y de paso mejorarán sus condiciones de salud física y mental, haciéndolo más resistente a los problemas cardiovasculares, reforzando su coordinación, fuerza y movilidad.

En cuanto a la alimentación, se deben conocer sus gustos, hábitos y costumbres, para así lograr disminuir el consumo de grasas saturadas e incrementar las de origen vegetal, así como alimentos ricos en fibra (fríjol, cereales, lentejas, garbanzos y frutas). También es recomendable incluir en su dieta el consumo de ocho vasos de líquido al día y no ofrecerles alimentos de bajo contenido nutricional.

Recreación y esparcimiento

La salud física y mental de los abuelos tiene mucho que ver con factores externos, como el ambiente familiar, pero también con la posibilidad de distraerse y permanecer activos.

Las cajas de compensación, los clubes de la tercera edad, la Asociación Nacional de Pensionados del ISS y otras entidades, promueven diversas actividades recreativas, vocacionales y de esparcimiento, como cursos de pintura en tela, decoración, pintura en cerámica, entre otros.

Además de la realización de eventos sociales tales como viejotecas y ferias, donde el anciano puede dedicarse al sano esparcimiento y a la recreación interactuando con otras personas de su edad, compartiendo con ellas experiencias y buenos momentos de camaradería.

Igualmente se organizan caminatas ecológicas a lugares en plena naturaleza donde los ancianos pueden ir ya sea en jornadas que empiezan y terminan el mismo día o en viajes de un día para otro dependiendo de las actividades que deseen realizar los abuelos.

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