Durante el verano estamos todo el tiempo quejandonos del calor. Pero podemos ver las cosas por su lado positivo y especialmente los que tienen cerca el mar, pueden disfrutar enormemente de este privilegio.
Para muchos la arena, el mar y el sol forman parte de su vida. Realizar algún tipo de deporte relacionado con ese entorno, podemos conseguir un buen trabajo aeróbico, el pulmón se oxigena mejor y se obtiene una sensación de paz. No solamente hacen deporte con la finalidad de obtener medallas, sino porque les relaja.
El voley playa, por ejemplo, puede mejorar el estado de ánimo y aumentar el rendimiento físico, con la ventaja de que si te caes, evitas lastimarte las rodillas como en un campo de cemento.
Por otro lado, el aficionado a la natación dice que zambullirse en el mar relaja, y fortalece los brazos y músculos, además de otras ventajas.
Sin duda los asiduos a estos deportes conocen los beneficios ofrecidos por la playa. Pero para cualquier mortal tomar un poco de sol, darse un chapuzón en el mar y caminar por la arena le ayudará a eliminar el estrés, prevenir infecciones y hasta reducir la celulitis.
Cuando calienta el sol. Así como las plantas toman la luz solar para convertirlas en energía, nuestro organismo también capta los rayos del sol con la finalidad de producir algunas vitaminas, mejorar la circulación y el estado de ánimo.
El sol tomado con ciertas precauciones presenta beneficios para nuestro organismo como la formación de vitamina D. Además, fija el calcio y el fósforo en los huesos, ayudando al crecimiento y desarrollo del cuerpo, y evitando la osteoporosis (formación anormal del hueso). También ayuda a producir el esmalte de los dientes y prevenir las caries.
Un baño de sol moderado estimula la circulación, favorece la curación de heridas y ciertas enfermedades de la piel, equilibra el sistema nervioso y tonifica los músculos. Asimismo, combate el cansancio, la depresión y el estrés.
No obstante, la exposición tiene que ser gradual y moderada. Los dermatólogos señalan que hay que evitar hacerlo entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde o cuando se ingiere algún tipo de medicamentos. También recalca la importancia de aplicarse cremas solares para evitar las quemaduras, que podrían desencadenar en cáncer a la piel.
Arena blanca, mar azul. Una buena caminata sobre la arena con los pies descalzos trae muchos beneficios terapéuticos y estéticos. Lo recomiendan los fisioterapeutas, debido al desnivel de la arena, los pies trabajan más y aquellas personas que carecen de fuerza en sus músculos (hemiparecia), niños con problemas de equilibrio, con pies planos, pueden incrementar su fuerza muscular, obtener mayor estabilidad o formar el arco del pie, caminando algunos minutos sobre la arena.
La caminata sin zapatos también ayuda a activar la circulación y, además de ser un ejercicio cardiovascular, resulta un excelente exfoliante al eliminar las células muertas de la piel, quitando los callos de los pies y brindándoles suavidad.
Las olas y el viento. En la antigua Grecia, Hipócrates, conocido como el Padre de la Medicina, recomendó el uso de agua del mar para el tratamiento a diferentes dolencias, incluso el filósofo Platón afirmó: "El mar lava los males del hombre".
Tenían razón, el agua de mar está compuesta de plancton, algas y sales que contienen carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales, que, a su vez, adquieren propiedades terapéuticas y estimulantes, tales como desinflamantes, relajantes, favorece la circulación sanguínea, disminuye los calambres por el recalentamiento de los músculos, alivia el dolor, equilibra y retrasa el envejecimiento de la piel.
Por otro lado, el vaivén de las olas sobre el cuerpo actúa como un masaje (hidromasaje), dando firmeza y fortaleciendo la piel. Hay que tener cuidado, porque estar mucho tiempo dentro del mar puede resecar la piel, por eso es bueno aplicarse las cremas hidratantes.
No hay escusas, si no sabes nadar, camina o haz ejercicios dentro del agua, ya que te permitirá adoptar posturas difíciles de asumir fuera de ella.
Pura brisa. El aire marino está compuesto de minúsculas gotas de agua de mar y es rico en ozono, yodo e iones negativos, que le otorga propiedades antibióticas, calmantes del sistema nervioso. Asimismo, humecta y limpia las fosas nasales, mejorando la respiración. Respirar a pleno pulmón estimula y oxigena la sangre.
Cuando el viento golpea nuestra piel, es como si la estuviera masajeando, a la vez que deposita sobre ella las sales marinas, dándole vitalidad y flexibilidad. No hay nada como después de un día de tensión en el trabajo, ir a caminar por la playa. Sentir la brisa, de esa manera el cuerpo consigue relajarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario...