18 mayo 2005

El ejercicio, para luchar contra el colesterol


La gimnasia actúa como un potente antiinflamatorio de la arteria aunque estén enfermas, además reduce la placa aterosclerótica y relaja las paredes arteriales, tal y como lo hacen las estatinas, medicamento para disminuir los niveles del colesterol LDL (colesterol de baja densidad).

Como en una cajita de cristal. ¿Así deberían vivir los que tuvieron un infarto, una cirugía cardiaca o un problema cardiovascular? “De ninguna manera. Además de mejorar los factores de riesgo, el ejercicio actúa como un potente antiinflamatorio natural, porque tiene un mecanismo similar al de las drogas que bajan el colesterol”, asegura el doctor Roberto Peidro, cardiólogo y especialista en medicina del deporte y, director del Departamento de Rehabilitación Cardiovascular y el Centro de Vida de la Fundación Favaloro.

Según el doctor, el ejercicio programado y supervisado siempre hace bien. "Hasta los de sobrecarga y de fuerza muscular, que muchos cardiólogos desaconsejan por temor a que aumenten la presión. Pero nuevos trabajos demuestran que junto con el habitual ejercicio dinámico, como la caminata, la bicicleta, la cinta o el trote, se debe agregar sobrecarga muscular. Eso sí: hay que cargar pocos kilos y muchas repeticiones."

Peidro advierte que la frecuencia ideal para los cardíacos es ejercitarse tres veces por semana, aunque con sobrepeso o diabetes es mejor la ejercitación diaria, y dice que todo programa de rehabilitación cardiovascular demanda, primero, identificar el riesgo personal. "A partir de una prueba de ejercicio, la ergometría, se mide la capacidad aeróbica o consumo de oxígeno. La unidad se llama MET. Desde 10 METS la capacidad es muy buena, pero alguien con 5 METS puede realizar un ejercicio menos intenso."

El tenis, requiere entre 10 y 12 METS. "Pero un paciente con 6 METS puede hacer tenis en su modalidad de dobles, e ir mejorando."

Mayor rendimiento. También un enfermo cardíaco, como sucede con cualquier deportista, rendirá más a medida que entrene. La intensidad, es también un aspecto importante. "Como no siempre se puede trabajar al máximo, se busca alternar períodos de intensidad moderada a alta. Esto se logra con programas de ejercicios que van cambiando la demanda energética."

Efecto pleiotrópico. El "efecto pleiotrópico" es un concepto que describe un cambio raro e inesperado de varias características cuando se suponía que sólo una iba a cambiar. En el caso de las estatinas, las principales drogas para disminuir el colesterol, los efectos pleiotrópicos fueron muy positivos: no sólo bajan ese lípido, principal responsable de la formación de placas de grasa arteriales, sino que mejoran la función del endotelio (la capa interna de las arterias, que se "lastima" con la lesión aterosclerótica), disminuyen la resistencia a la insulina (y, con esto, bajan el riesgo de diabetes) y tienen una poderosa acción antiinflamatoria.

"El ejercicio posee esta misma acción -afirma Roberto Peidro-. Y trabaja tanto de manera preventiva como terapéutica, mejorando una lesión ya producida."

El ejercicio y las estatinas, agrega el especialista, logran lo mismo con distintos mecanismos y con idéntico resultado final, porque consiguen bajar el colesterol, aunque con la droga el descenso sea mayor.

"Hay estudios que muestran la regresión de la placa aterosclerótica gracias al ejercicio y también la acción sobre otras sustancias, por ejemplo las citoquinas. Un estudio reciente indica que el ejercicio de moderada intensidad reduce hasta un 58% las citoquinas inflamatorias y, por otro lado, aumenta un 35% las citoquinas benéficas, que previenen la aterosclerosis."

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario...