01 abril 2005

¿Qué llevo encima? (5 de 6)

Este apartado es de suma importancia, dado que un olvido o un material inadecuado puede dar al traste con nuestra actividad. El equipo y material debe de ser el justo, no hay que llevar cosas de más, pues el aumento de peso nos hará gastar más energías. Debe de adaptarse a las condiciones de la zona y meteorológicas del momento, buscando siempre la ligereza. El equipo y material para la práctica del senderismo es muy extenso: botas, ropa, tiendas, sacos de dormir, materiales de cocina... en este apartado sólo nos vamos a ceñir al material básico.

El Calzado. Pieza fundamental, obviamente, para caminar. Si no es el adecuado no podremos caminar, es importante llevar un calzado cómodo y que se adapte al tipo de terreno sobre el que vamos a caminar. La suela debe ser flexible para permitir el buen apoyo del pie y tener una cierta rigidez en los extremos para permitir un buen canteo en los terrenos más blandos o pequeñas repisas de las rocas.

El dibujo de la suela debe ser estriado para permitir una buena adherencia con una goma no muy dura. Mejor que sea bota, con lo que se protegenlos tobillos de golpes o torceduras, uno de los puntos débiles de los montañeros. Átate los cordones de forma correcta, sin que oprima en exceso al pie y en las bajadas, se debe de reajustar.

La mochila. Busca el tamaño apropiado para la actividad que realices. Esto evitará llevar cosas colgando que harán que oscile la mochila con nuestros movimientos. Si te haces un asiduo de las caminatas, probablemente necesitarás dos mochilas, una para salidas de un día (de unos 30 litros) y otra más grande para rutas de varios días o expediciones (55 litros).

Debe de tener las dimensiones de tu espalda, que sea ergonómica y se adapta a la forma de hombros y espalda, con sistemas de ajuste regulables en pectoral y cintura, para repartir el peso por todo el cuerpo y que no sólo recaiga en los hombros.

Para ajustar la mochila el peso debe recaer principalmente en las caderas, después se deben regular los tirantes de los hombros y finalmente los tensores de carga, que deben ir más sueltos en los ascensos y más fijos en los descensos.

Vestimenta. Su objetivo debe ser el de poder preservarnos del medio ambiente, ha de ser multicapa, para que podamos poner y quitar capas y regular así la temperatura según las exigencias del ambiente y del ejercicio. La fómula más correcta es la utilización de tejidos sintéticos que permitan una baja absorción de agua y una traspiración muy buena.

Además la vestimenta debe ser ligera y de una confección adecuada para evitar fugas de calor o ayudar a evacuar la transpiración. La composición adecuada sería una camiseta térmica en contacto con la piel, una segunda capa de forro polar, una tercera de protección contra la lluvia y el viento.

En la cabeza y manos guantes y gorros en función de las condiciones pero se debe prestar mucha atención siempre a la protección de la cabeza ya que por ella se puede perder hasta el 30% del calor corporal.

Bastones. Su uso es muy interesante, sobre todo en los descensos, pues suponen una ayuda para las rodillas que se ven muy castigadas en las bajadas. En el ascenso nos pueden ayudar a propulsarnos y caminar más ligeros y también a guardar el equilibrio.

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