25 abril 2005

Nuestro estado de ánimo dicta la posición corporal


Podemos utilizar nuestro cuerpo como herramienta transformadora del estado de ánimo, porque cuerpo y mente interactúan entre . En nuestra vida cotidiana, la mente se desentiende de lo que estamos haciendo con el cuerpo en determinados momentos, estemos de pie, caminando, sentados o tendidos en una cama.

La preocupación de los pensamientos no nos permite tener conciencia de nuestra postura corporale. Es un hecho conocido que cuerpo y mente interactúan de tal manera que influyen entre sí. No podemos manifestar una emoción sin que ésta vaya acompañada de un cambio fisiológico. Los pensamientos afectan nuestra fisiología, de la misma manera en que ésta condiciona nuestro mundo interno y determina nuestro estado anímico.

Cambiar la fisiología puede afectar los procesos bioquímicos del organismo de manera positiva o negativa. Si no estamos pendientes de cambiarla, los efectos suelen ser negativos y conducen a un círculo vicioso.

La postura del cuerpo afecta el estado de ánimo en el cual se encuentra: observe la manera en que está sentado en este momento. Ahora, siéntate recto, lleva los hombros hacia la espalda de la silla y mantén la cabeza erguida. De esa manera, tenemos más energía en el cuerpo, al mismo tiempo continúa leyendo acerca de cómo la fisiología condiciona los estados de ánimo. En cualquier momento, mediante un ejercicio sencillo, puedes comprobar cómo es afectado tu estado emocional por la postura de su cuerpo.

Si negativamente, dejas caer tus hombros, inclinándose ligeramente hacia adelante, relajas tus músculos, respira superficialmente y te mantienes cabizbajo por unos minutos, podrás experimentar lentamente cómo tus sentimientos se harán más y más depresivos. Si adoptas actitudes de desgano y cansancio, experimentarás la desaparición de tu fuerza y decae su estado anímico.

Ahora comprueba la otra cara de la moneda. De una manera positiva, si adoptas una postura derecha, especialmente en el cuello y la cabeza, respirando profundamente y luego abre los brazos y sonríe, podrá notar cómo, por lo menos recuperas el humor y una visión más positiva de la vida.

No es fácil despojarse de los problemas que abruman nuestra mente y encontrar un minuto para sonreír, hacerlo puede afectar la manera cómo sobrellevas los momentos difíciles de la vida diaria.

La comunicación no verbal es crucial entre los seres humanos: despierta tu cuerpo, aprende a situarte en estados placenteros y observarás que tu comportamiento, aún en cualquier ambiente, será como si aquello que tanto te preocupa, ha dejado de serlo.

Cambia tus emociones. Alguna vez has visto a una persona que se siente plenamente feliz, mirando al suelo, con el cuerpo ladeado, los hombros encogidos y una mirada vaga, como si fuera una víctima por el cual hay que sentir cierta compasión. Seguro que no es así. Cualquiera puede sentirse bien si ya lo ha hecho antes. No es difícil lograrlo si estamos conscientes de que podemos utilizar el cuerpo como una herramienta para cambiar el estado de ánimo.

El movimiento controlado del cuerpo constituye la imagen de una mente en posesión de sí misma. Dirigiendo la atención a la postura de tu cuerpo, lograrás dominar la prisa nerviosa de los movimientos al caminar y las distorsiones inútiles y perjudiciales.

Evitarás además malformaciones al sentarse, y tener que recurrir a tratamiento médico, así se evita la fatiga inútil del cuerpo y mente. Si perfeccionamos esta práctica, lograrás más resultados positivos que negativos.

Todas estas técnicas nos va a ser muy útil también a la hora de realizar caminatas y mantener una buena postura y una mente relajada con pensamientos posivos.

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