26 abril 2005

Cosas de la tecnología…


Los 18.319 participantes del maratón de Boston, que corrieron los 42 kilómetros el pasado fin de semana, no sólo contaron con el calor y el apoyo del público que atiborraba las calles de la ciudad. Sus amigos pudieron seguir cada uno de sus pasos desde cualquier lugar del mundo por Internet. El truco estaba en el pequeño chip que todos los corredores llevaban en las zapatillas. Eso ha sido posible gracias a la colaboración entre HP y Verizon Wireless. Los primeros pusieron la red de servidores, los segundos una red inalámbrica que permitía tener fichados en todo momento a los corredores, que utilizaban un diminuto chip llamado Championchip en las zapatillas.

Con un peso de poco más de 10 gramos y sin necesidad de baterías, se carga con la energía de los pasos de los corredores, y cuando pasa por el campo magnético de los puntos de control, el transponder envía su número único de identificación a una antena colocada sobre una alfombra.

El único requisito que deben cumplir los participantes para colocarse el chip es que éste debe ir atado en los cordones de las zapatillas o en el tobillo, pues las alfombras lectoras sólo pueden leer la señal hasta una altura máxima de 50 centímetros.

El chip de cada atleta transmitía su posición cada vez que pasaba por unos sensores localizados a lo largo del recorrido. El sistema permitía a los corredores registrar previamente hasta seis móviles o direcciones de correo electrónico para el envío de los SMS cuando pasaban por cuatro puntos determinados del recorrido de la carrera (kilómetro 10, a mitad de carrera, kilómetro 30 y en la meta). Se enviaron más de 200.000 alertas. Los internautas pudieron ver la misma información, en tiempo real, a través de la página Boston Athletic Association.

Para la prensa, HP dispuso acceso inalámbrico a todos los medios, para que pudieran trabajar on line y controlar todas las estadísticas de la carrera a través de la Intranet y la web del maratón.

Los chips no sólo sirven para que los corredores puedan ser seguidos por sus amigos, sino también para que la organización les tenga controlados y evite que tomen atajos. En caso de que el chip —con su correspondiente dueño— no pase por alguno de los puntos de control, queda descalificado.

La compañía HP con 150 empleados formaron parte de la competición, bien como voluntarios o como corredores. Su principal trabajo era dar información en tiempo real a los familiares y amigos que estaban entre el público. Bastaba con que se dirigieran a los puntos de encuentro donde estaban los voluntarios, perfectamente identificados. Armados con HP iPAQ Pocket PCs, sólo necesitaban el nombre o el número del corredor para dar de inmediato la última información sobre el participante.

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