Para aclarar conceptos y ayudar a los pacientes en su día a día, la Sociedad Española de Hipertensión-Liga española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) ha editado una guía que pretende desterrar estos errores que conllevan hábitos de vida inadecuados y comprometen el control y el tratamiento de la enfermedad.
El principal problema en el manejo de la hipertensión es que el paciente incumple la terapia. Han detectado que los enfermos comenten muchas equivocaciones y siguen teniendo conceptos poco claros, por lo que decidieron hacer un documento de ayuda.
La guía, disponible al completo en la web www.clubdelhipertenso.es utiliza un lenguaje sencillo para aclarar estos mitos sobre la hipertensión. Repasamos algunos de los más comunes:
- Lo importante es la mínima. Antes se
pensaba que la tensión diastólica era la única que exigía un control,
pero hace años que se comprobó que también es fundamental mantener a
raya la tensión sistólica -la alta-.
- Tengo la tensión descompensada. Suele
utilizarse esta frase cuando, tras una medición, se observa que las
presiones máxima y mínima tienen valores muy cercanos. Sin embargo,
desde el punto de vista médico esto no tiene ninguna importancia. Lo
fundamental es que tanto la presión sistólica como la diastólica estén
dentro de los límites normales: 140/90 mmHg. No tiene relevancia la
diferencia que haya entre ellas.
- Sólo tengo tensión alta cuando voy al médico. Es lo que se denomina 'hipertensión de la bata blanca'. Debido a los
nervios, algunas personas experimentan estas elevaciones temporales
cuando se encuentran en la consulta del especialista. Controlarse la
tensión también en casa es útil en estos casos. Cuando en estos
registros advierta presiones superiores a 135/85 mmHG "consulte con su
médico", advierte la SEH-LELHA.
- Cada vez que me tomo la tensión, cambia. Las variaciones de tensión a lo largo del día son normales.
Generalmente, la toma de presión arterial provoca una reacción de alerta
que tiende a elevar las cifras. Eso disminuye si se repite la toma, por
lo que se recomienda realizar más de una medición y descartar la
primera.
- Me duele la cabeza, así que tengo la tensión alta. Es una de las falsas creencias más extendidas. En realidad, la
hipertensión no produce síntomas en la mayoría de los casos y los
dolores de cabeza pueden deberse a numerosas causas. Por ello, la
Sociedad Española de Hipertensión recuerda que la única manera de saber
si tiene la presión alta es midiéndosela.
- Soy de tensión alta. Cuando una persona
hipertensa sin tratar comienza su terapia a menudo se siente cansada y
con falta de vitalidad. Eso les lleva a creer que las pastillas le
sientan mal y que, en realidad, su organismo 'necesita' mantener una
tensión más alta que la media. Es falso. La sensación de decaimiento
desaparecerá a los pocos días y, además, los efectos de la medicación
permitirán evitar complicaciones.
- Si estoy bien, no tengo que seguir con el tratamiento. La hipertensión arterial es una enfermedad crónica en la gran mayoría
de los casos. Si ha conseguido mantener a raya la tensión es por la
medicación, por lo que, si deja de tomarlo, la tensión volverá a subir.
Del mismo modo, disminuir la dosis por su cuenta también es
peligrosísimo.
- Se me acabaron las pastillas y he esperado a ver al médico para comprar más. El tratamiento debe ser continuado y nunca debe dejar de tomarlo salvo que su médico se lo indique.
- Como tomo pastillas, puedo tomar toda la sal que quiera. La dieta baja en sal es aconsejable incluso en las peronas que no
tienen problemas con la presión arterial. Por otro lado, la medicación
es más efectiva si se toma poca sal.
- No puedo tomar café. No está demostrado
que el consumo habitual de café provoque hipertensión. Las
recomendaciones, de hecho, aclaran que los hipertensos pueden tomar de
una a tres tazas de café al día. Tampoco es cierto que el consumo de
agua eleve la tensión. En cambio, sí es fundamental para mantener una
adecuada hidratación.
- No puedo tomar picante. Tampoco tiene ningún fundamento la afirmación que asocia comida picante con tensión más alta. Más bien es al contrario, ya que algunos estudios han señalado que cantidades moderadas podrían ser beneficiosas por su efecto relajante en los vasos sanguíneos.
Junto a esta guía, la SEH-LELHA también ha editado un documento (en formato PDF) con consejos prácticos para la práctica de ejercicio físico entre los pacientes hipertensos.
Fuente: El Mundo
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