No en vano, entre algunos de los beneficios claros que tiene caminar diariamente entre media hora / una hora, encontramos reducir los distintos dolores de espalda, de cabeza, o a mitigar las distintas tensiones musculares; a mejorar nuestro estado depresivo; a reducir las tensiones diarias, el estrés y la ansiedad; o a reducir la fatiga emocional, entre otras cuestiones más.
Sin embargo, hoy nos vamos a ocupar de un asunto que, lamentablemente, está de candente actualidad, más aún en la sociedad neurótica en la que vivimos, en el cual, caminar o dar un tranquilo y relajante paseo, nos ayudaría a poner en claro nuestras ideas.
Y es que, seguramente, en alguna que otra ocasión te has visto ensombrecido por un problema que, si bien no tiene por qué ser importante, te preocupa sobremanera de tal forma, que te impide disfrutar del momento, del día a día; y, sobre todo, de esas pequeñas cosas que nos brinda la Vida.
En este caso, y para ayudarnos a abrir nuestra mente, y a aclararnos, la mejor opción sería caminar durante unos minutos. De recordar en estos instantes es la frase de Shakespeare, cuando dijo que una vuelta o dos, caminaré para aplacar mi mente agitada.
Cuánta razón tenía, pues, en vez de ir a coger una caja de aspirinas, es mucho más recomendable salir a coger aire fresco y caminar, pues la rítmica acción de andar nos ayudará a solucionar nuestros problemas, al restaurar en nuestra mente un sentido de equilibrio que contrarresta los dañinos efectos del estrés acumulado.
Porque un paseo es sin duda alguna una parada algo más que refrescante, siendo un tiempo para nosotros mismos, para relajarnos y olvidar nuestros problemas.
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