18 septiembre 2007

Breve informe nocturno

He salido a caminar un rato después de cenar. Dicen que es conveniente caminar después de pasar unas horas sentado y hasta el momento, para escribir con el ordenador, no he encontrado una solución más práctica que sentarme en una silla. Dicen que es conveniente, sí, pero la verdad es que también lo hago por gusto. Bajo la escalera, salgo de casa y empiezo a caminar por mi calle.

Soy feliz de vivir en ese lugar. Desde hace años, conozco este barrio de día, pero no hace mucho que he descubierto la noche que hay alrededor de mi casa. De día, muchos locales me pasan inadvertidos. Cuando ha oscurecido, algunos han cerrado, pero los rótulos se han encendido, y además están los puntos de luz de los bares. Veo los escaparates iluminados de las agencias inmobiliarias y los de las agencias de viaje. Me sorprende que haya tantas ofertas de pisos y de viaje en cuatro o cinco tramos de calle. Viaje a la India, dice un cartel.

El inventario nocturno me apasiona. Todavía hace buen tiempo, y apetece sentarse en las mesas que los cafés sacan a la calle. En una mesa hay una pareja sentada. Más allá, dos. Más adelante encuentro un bar donde han juntado cuatro mesas porque 10 o 12 personas han formado un grupo. Todo el mundo parece vivir relajado de noche.

Todos los puntos de luz, de noche, hacen revivir otros días. La puerta metálica de un taller de coches, cerrada. No sé si está abierta, de día. Era mi mecánico, y no hace mucho ha muerto, joven. Un hombre introduce una llave en la cerradura de una puerta y entra en su casa. Cincuenta pasos más allá, veo un chico que sale de su casa. Todos los movimientos se recortan en la noche. Paso junto a una cabina de teléfonos. En su interior hay una chica, hablando. Es rubia, delgada. Habla en ruso. De día no me habría dado cuenta.

Me gustaría pasar 24 horas en uno de estos chaflanes. Cuántas cosas pasan, si uno tiene paciencia. De vuelta a casa, avanzo a una pareja mayor, han sacado el perro a pasear. Estoy a tiempo de oírle a él diciendo: "Cuando llegue, me tomaré una pastilla". Qué maravilla, la vida.

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