- mantiene estable la presión arterial
- incrementa la fuerza de las piernas
- y aumenta la capacidad de ejercicio en personas de tercera edad.
Para hacer el estudio, los investigadores dividieron en tres grupos a 60 hombres y 168 mujeres, elegidos a la azar (todos con una edad promedia de 63 años). Cada uno de esos grupos realizaron actividades físicas de diferente intensidad.
El primero no debía realizar ningún tipo de actividad física; el segundo estaba sometido a caminar de forma moderada, y el tercero debía realizar caminatas a alta velocidad con intervalos de marcha suave.
Los integrantes del segundo grupo tuvieron que dar un mínimo de 8 mil pasos al 50% de su capacidad total.
Por otro lado, el tercer grupo solamente tenía seis series de tres minutos de baja intensidad, seguidos por tres minutos de caminata al 70% de su capacidad aeróbica.
Los médicos estudiaron la evolución de cada grupo durante un período de cinco meses. Pasado ese tiempo se observó una reducción en la tensión arterial en los miembros pertenecientes al tercer grupo.
El primero no debía realizar ningún tipo de actividad física; el segundo estaba sometido a caminar de forma moderada, y el tercero debía realizar caminatas a alta velocidad con intervalos de marcha suave.
Los integrantes del segundo grupo tuvieron que dar un mínimo de 8 mil pasos al 50% de su capacidad total.
Por otro lado, el tercer grupo solamente tenía seis series de tres minutos de baja intensidad, seguidos por tres minutos de caminata al 70% de su capacidad aeróbica.
Los médicos estudiaron la evolución de cada grupo durante un período de cinco meses. Pasado ese tiempo se observó una reducción en la tensión arterial en los miembros pertenecientes al tercer grupo.
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