Muchas de las provincias de España guardan entre sus pinares no solo ricas variedades de hongos comestibles, también bonitas estampas otoñales.
Para chuparse los dedos, así es como están ahora los campos y bosques de nuestras regiones, y no sólo por las bonitas estampas otoñales —que empiezan a poderse contemplar tras el retraso de la aparición de los ocres y grises típicos de esta época—, sino también por las ricas setas y níscalos que comienzan a salir.
Esta semana nos ponemos las botas y cogemos una cesta —el cubo y las bolsas no son recomendables— y nos vamos a buscar níscalos y a estirar un poco las piernas durante las caminatas por hermosos parajes. Las lluvias de estos días atrás han reanimado las esperanzas de los aficionados a la micología.
En nuestro país hay muchos rincones en los que se pueden buscar entre los pinares y sitios húmedos setas y níscalos. Si bien, la propuesta para los excursionistas menos experimentados es que se hagan acompañar por alguna persona conocedora del tema, para asegurarse qué tipo de setas son comestibles y cuáles no. Hay centenares de variedades diferentes de hongos. En las excursiones al campo hay que tener muy claro cuáles son comestibles y cuáles no. Quien no sea muy experto es aconsejable que compre una guía en alguna librería.
Después de aparcar el vehículo donde no molesta, habrá que andar bastante e ir con los ojos bien abiertos para encontrar y cortar algunos de los ansiados ejemplares. Lo bonito de estas excursiones es que se puede disfrutar del campo y los pinares estando en contacto directo con la naturaleza.
Si va a buscar las setas y los níscalos por la mañana podrá comprobar como se quita el manto del frío de la noche el bosque. Además, podrá descansar recostado al amparo de algún árbol sin más ruido que el de los amigos de aventura y quizás de algún que otro amante de la micología que también merodee por el paraje.
La verdad que a la hora de coger estas setas, las extensiones de terreno son muy grandes por lo que lo más idóneo es preguntar a los vecinos de la zona para que les indiquen lugares más concretos. Pero eso es algo que guardan muy bien en secreto, al menos de los parajes más productivos y no se lo dicen a todo el mundo. Con suerte podemos recibir alguna contestación al preguntar a los vecinos por parajes concretos, si no es que nos mandan en dirección contraria.
Las setas y níscalos salen en las zonas de umbría y pinar. Hay que ir con los ojos bien abiertos para verlos y después poder comérselos. La excursión de esta semana —quien no vaya este fin de semana podrá hacerlo en los siguientes— es doblemente satisfactoria porque se puede caminar, disfrutar de la naturaleza y después comer los níscalos y setas encontrados. ¡Qué ricos!
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