25 septiembre 2006

Un buen tango, la mejor gimnasia

Al bailar el tango, se accionan mecanismos fisiológicos que ayudan a prevenir enfermedades cardíacas y a mejorar la motricidad.

El tango vuelve a ser noticia, no por la espectacularidad de sus coreografías sino porque distintos estudios médicos lo señalan como una danza con propiedades terapéuticas. Mientras uno le saca viruta al piso bailando, se accionan mecanismos fisiológicos que ayudan a prevenir enfermedades cardíacas y a mejorar la motricidad, tan necesaria para evitar los tropezones y caídas en personas mayores de 60 años.

El estudio se presentó en la última reunión mundial de la Sociedad para las Neurociencias y fue realizado por la Universidad McGill, de Montreal, Canadá. Bajo la dirección de Patricia McKinley se estudiaron a 30 personas con edades entre 68 y 91 años. El objetivo: ver qué sucede con personas de la tercera y la cuarta edad al recibir la estimulación que propone una danza enérgica y sensual como el tango.

Un trabajo realizado hacia fines del año pasado por la Sociedad Internacional de Cardiología reveló que
bailar tango, salsa o merengue ayuda a disminuir la presión arterial y a prevenir la aparición de enfermedades cardíacas. Fueron resultados similares a los que ya habían llegado, científicos argentinos de la Fundación Favaloro en 1999. Por eso, en la universidad canadiense no tuvieron dudas a la hora de seleccionar qué música debía llenar el ambiente de los laboratorios afectados a este singular estudio.

El grupo que participó en los experimentos se dividió en dos. La mitad se dedicó a bailar tango; el resto, sólo realizó caminatas.

Después de 10 semanas de sesiones cotidianas de danza, se pudo observar una mayor estimulación del sistema nervioso central y más actividad cerebral en las personas que se habían dedicado a milonguear. Esos bailarines categoría senior tenían, además, una mayor coordinación y mejoría en su sentido de equilibrio.

En realidad, cualquier movimiento con música estimula el cerebro. El hecho de coordinar brazos o piernas con un ritmo musical es muy estimulante: propone un esfuerzo integral. El tango es una de las pocas danzas que obliga a que la pareja se fusione en un abrazo. Los resultados sobre investigaciones de tango son previsiblemente positivos porque el contacto físico, sumado al gasto energético son un estimulante que toda persona necesita", explica una psicogeriatra.

La asociación de cualquier tipo de baile con el movimiento del cuerpo es beneficioso. Y especialmente lo es para la motricidad. Por eso es bueno para las personas mayores; los ayuda a tener un mejor dominio de su cuerpo. Además, no es lo mismo decirle a alguien: usted debe hacer ejercicio y mandarlo a una bicicleta fija que decirle, vaya, abrace a alguien y báilese un tango. por supuesto es más agradable.

Tampoco es lo mismo caminar que correr o bailar un vals que un tango o un merengue. La estimulación del sistema nervioso central se pone en marcha cuando la práctica del ejercicio es constante y enérgica.



Aunque una de las claves más importantes para entender por qué es el tango y no otra danza la que propone más beneficios para la salud, la tiene una bailarina. Vanina Bilous, de 34 años, dice que hasta para los bailarines profesionales la cuestión del equilibrio es el eje de toda esta historia. "Uno puede saber bailar pero cuando se trata de tango tiene que aprender todo de nuevo. Porque no es lo mismo bailar solo que bailar con otro, al ritmo conjunto que marca una pareja. Es como caminar: uno puede saber caminar solo pero cuando tiene que caminar al lado de otro, tiene que aprender cosas nuevas". Y es así. Saber dónde poner el compás para que el otro no tropiece y encontrar el equilibrio ayuda a que uno después esté mejor entrenado para sortear los obstáculos y para no terminar en el suelo fácilmente.

Fuente: clarin.com

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