20 septiembre 2006

El autobús sale victorioso en la carrera


Una competencia para ver quien llega antes a un punto determinado de la ciudad saliendo desde el mismo sitio. Por piernas, con un coche, en autobús y con bici.

El Ayuntamiento de Vitoria quiso demostrar que los transportes que más respetan el medio ambiente pueden ser más rápidos y baratos. Cuatro voluntarios acompañados de técnicos del Consistorio partieron a la misma hora del mismo punto, pero con medios diferentes. Ganó el autobús (tardó 13 minutos y 11 segundos), le siguieron de cerca los ciclistas, (13'38''); el turismo (15'45''); y quienes decidieron caminar emplearon 21'22'' en alcanzar su objetivo.

Andar y montar en bicicleta es gratis para el bolsillo, pero quienes usaron el urbano se gastaron 0,43 euros. Coger el turismo privado para el mismo recorrido supuso 1,60 euros (gasolina par aparcamiento).

Las recompensas de caminar

Los que caminaron perdieron, pero ganaron cosas que, utilizando un medio de transporte, no habrían obtenido. Les dio la posibilidad de conversar de forma sosegada, hacer ejercicio, y disfrutar de la vida que las calles de la ciudad despliegan por la mañana.

No pudieron pararse a saludar a los amigos, pero disfrutaron viendo la ciudad. decidieron ir andando por que las distancias son cortas, habitualmente "no se suele tardar más de diez minutos en llegar al destino". Tienen claro que en una ciudad pequeña, el coche no es necesario, "a no ser que haya que transportar algo pesado o sea una situación especial".

Realizaron el paseo respetando todos los semáforos, reconocieron que "cuesta" detenerse ante el paso de cebra si no cruza ningún coche. Cosa que si que hacen los que van con con sus hijos pequeños, por eso de dar ejemplo. Seleccionaron la zona más atractiva y con sombra para realizar el recorrido.

Al llegar al destino los aplausos de los más veloces les comunicaban que eran los últimos.

Pedaladas en la ciudad

los de la bici, empezaron practicamente su recorrido en la carretera. Con dos chalecos reflectantes brillaban en la estampa de la ciudad aun siendo primera hora de la mañana, coches y autobuses disminuyeron la velocidad a su paso.

Pero no siempre respetaron los semáforos. Cada una coge un carril, e incluso un coche les pita. Habían levantado demasiada expectación con esos llamativos chalequillos, vestidos para la ocasión.

Se pararon en un nuevo semáforo y desde la ventanilla de un coche sale una voz. "Os hemos cogido ya", suelta la conductora del coche, que comparte trayecto y reto ecológico con las bicicleteras . Poco necesitó el coche para empezar a avanzar con la prisa de un ejecutivo; las dos deportistas quedan ya atrás.

Seguían sobre el sillín. El diferente ritmo de una y otra hace que un semáforo dejara rezagada a Mónica, siempre más comedida que su colega. Deben respetar las señales, pues ahora mismo son el espejo de la buena conducción. Con tranquilidad se encaminaron a la meta. Sortean, en esos momentos, una marabunta de paseantes haciendo las compras de la mañana. Muchas bolsas de tiendas de ropa y alguna barra de pan. El zig zag les acercó a su destino.

Estacionan junto a la fuente, pero no parecen suficientemente cansadas como para dar un trago de agua fresca. Bajando la plaza insignia de la ciudad ven, a lo lejos, la silueta del usuario del autobús urbano.

Su viaje resultó el más corto; pero comentan: "hemos movido las piernas", dicen, como si nunca antes lo hubieran hecho. Su llegada a la plaza es un espectáculo. Una docena de periodistas les rodea y se interesan por su hazaña. Ser más rápidos que un coche al andar por la ciudad.

Comentaron: "Hemos respetado las señales, los pasos de cebra e incluso a la abuelita que cruzó cuando no debía". Total, iban de paseo. ¡Qué bello es vivir!

Falsas esperanzas de triunfo

El encargado de manejar el vehículo privado, encontró su primer obstáculo nada más salir. Una línea continua en la carretera impidió que realizará el cambio de sentido allí mismo y tuvo que retroceder hasta la rotonda próxima. Un semáforo situado justo después de la rotonda hizo que Díaz pisará el freno. "No vamos a hacer trampa, pero como hay que dejar que gane el autobús...", bromeó.

Su carné de conducir mantuvo íntegros los doce puntos y es que, con el lema de una conducción tranquila de ciudad nada podía pasar. "Igual no encontramos aparcamiento y tenemos que dejar el coche lejos y luego ir con la lengua fuera corriendo hasta el destino", vaticinó. El tráfico fue muy fluido y no hubo que lamentar ningún vehículo en doble fila. El hecho de encontrar la mayoría de los semáforos abiertos provocó que en ocasiones viera la victoria cada vez más cerca. "Llegamos, aparcamos, almorzamos algo y esperamos a que llegue el resto", exclamó divertido.

Por otra zona del trayecto, hubo que sortear a varios coches que como suele ser costumbre se encontraban en doble fila. No obstante, en ningún momento le impidieron proseguir la marcha normal. Concluyó su viaje colocando el papelito de la OTA en el interior del vehículo, aunque no pudo hacerse con la medalla de oro y tuvo que conformarse con el tercer puesto.

La carrera inicial de la victoria

El que tomó el bus, no llegó cansado a la meta y lo hizo el primero. En un princípio tuvo que realizar una carrera inicial para poder montarse en el bus, que al cumplir un servicio de línea regular no esperó por nadie. Quizá ese movimiento fugaz de sus piernas fue lo que le permitió subirse al podium.

A pesar de realizar todas las paradas que le corresponden a este medio de transporte no pudieron con él. Luego en la última parada tuvo que echar mano de sus pies, algo a lo que él está bien acostumbrado, pues normalmente va andando o en bici. Comentó que en una ciudad pequeña no merece la pena utilizar el coche, que en ocasiones hace que el camino sea más largo.

Sólo habían pasado 13 minutos desde su salida cuando llegó a la meta y comprobó que había sido el primero, aunque por los pelos.

Por una ciudad más saludable

La concejala de Medio Ambiente, Idoia Garmendia, comentó: "Hay que ser capaces de valorar el recorrido que vamos a realizar, el objetivo que estamos buscando y si es el medio más sostenible o menos contaminante". Hacer ver a los ciudadanos las diferentes alternativas con las que cuentan a la hora de realizar sus desplazamientos y utilizar el vehículo privado lo menos posible es el principal objetivo. "En Vitoria las distancias son cortas y hay que contribuir a una ciudad más saludable, desde el punto de vista económico y energético", arguyó la responsable municipal de Medio Ambiente.

Fuente: noticiasdealava.com - 20/sept/2006

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