Los atletas pueden participar en varios entrenamientos y prácticas pese al calor veraniego, pero no deberían esperar realizar una sesión completa el primer día, según Casa, director de entrenamiento de atletismo en la universidad de Connecticut. El cuerpo necesita un proceso de aclimatación de una o dos semanas para acostumbrarse a hacer ejercicio intenso bajo el calor.
Los atletas que intentan participar en programas intensos de inmediato, además de los que no son atletas y que se ejercitan mucho bajo las altas temperaturas, pueden experimentar síntomas de deshidratación, como sequedad en la boca, sed, fatiga excesiva y calambres.
Todos los atletas deberían estar adecuadamente hidratados antes de comenzar cualquier ejercicio, según un comunicado de NATA, y todos los fluidos deberían recuperarse en no más de dos horas después de haber terminado.
Si aparecen signos de deshidratación, los atletas deberían ser trasladados a un lugar fresco y ser rehidratados, según aconsejaron los expertos de la NATA.
Una extenuante actividad física junto con la fatiga pueden llevar a un golpe de calor, caracterizado por anormalidades en el sistema nervioso central, o agotamiento, que se describe como la incapacidad del corazón para mantener un ritmo normal. En ambos casos, un atleta puede experimentar dolor de cabeza o mareos.
Quienes sufren un golpe de calor pueden verse afectados por espasmos, confusión y otras disfunciones del sistema nervioso central, mientras que los atletas pueden perder la coordinación, sudar mucho o experimentar pinchazos estomacales o intestinales.
El mejor tratamiento para un golpe de calor es el enfriamiento del cuerpo, como una inmersión inmediata en agua fría, según un comunicado del NATA.
Los atletas exhaustos por el calor deberían permanecer en una zona con aire acondicionado y yacer con las piernas por encima del nivel del corazón, mientras se les controla el ritmo cardíaco y la presión. Niveles de sodio excesivamente bajos, que pueden ocurrir cuando un individuo está demasiado hidratado, podrían conducir a la acumulación de fluidos en el cerebro y/o los pulmones.
Entre los síntomas figuran las náuseas, los vómitos y el sudor de manos y pies. En este caso, llevar al atleta a un centro médico sería la mejor opción, para que puedan equilibrarse los niveles de sodio según sea necesario.
Para impedir tales problemas, NATA recomienda que los servicios médicos estén presentes en los acontecimientos deportivos y que los atletas completen exámenes físicos, incluyendo preguntas específicas sobre su historial de salud e ingesta de líquidos, antes de participar en pruebas deportivas.
Fuente: Reuters - 28/julio/2006
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