Cuando los antepasados empezaron a caminar en dos pies, desarrollaron la agilidad y la capacidad de razonamiento que hoy caracteriza a los humanos. Sin embargo la evolución tiene su precio.
Los seres humanos son criaturas extrañas: bípedos sin cola, con sinuosas columnas vertebrales, largas extremidades, pies arqueados, manos ágiles y enormes cerebros. El cuerpo, poseedor de capacidades exquisitas y enormes defectos, es un intrincado muestrario de características adquiridas por selección natural a lo largo de milenios.
El hombre puede ponerse de pie, caminar y correr con gallardía y resistencia pero sufre de pies adoloridos y lesiones en las rodillas; es capaz de flexionar y girar la columna vertebral, pero casi todas las personas enfrentan problemas de espalda en algún momento de su vida, tiene la capacidad de dar a luz un bebé que tiene el cerebro grande, pero no sin riesgo e intenso dolor.
Los científicos llevan mucho tiempo tratando de entender cómo el cuerpo del hombre llegó a ser lo que es.
Y están descubriendo que muchos de los defectos de su "diseño" tienen un origen común: las concesiones evolutivas que los ancestros del ser humano tuvieron que hacer cuando empezaron a andar erguidos y dieron el primer paso del largo camino de la evolución del hombre.
Dar a luz por ejemplo es una odisea para las mujeres en todas partes, según observaron las antropólogas Karen Rosenberg y su compañera Wanda Trevathan durante un estudio que realizaron.
Esto se debe al diseño de la pelvis de la mujer, los niños salen del canal de parto con la nuca contra los huesos púbicos, viendo en dirección contraria a la madre y dificultando que ella pueda alcanzar a su bebé conforme sale y lo guíe sin lesionarle la columna vertebral. Por eso las mujeres de todo el mundo buscan ayuda al momento del parto. Expone Rosenberg.
El nacimiento de los seres humanos es complejo y arriesgado, no sólo para los bebés, sino también para la madre. Hace 100 años, el parto era una de las principales causa de muerte entre las mujeres en edad fértil.
Comparado con los seres humanos, el parto de la mayoría de los primates es mucho más sencillo, un chimpancé por ejemplo, nace rápidamente: entra en la pelvis de su madre, pasa por ella sin que se necesiten giros ni cambios de dirección, ya que el canal de parto de estos primates tiene la misma orientación de principio a fin y sale con la cara hacia arriba, de modo que su madre puede alcanzarlo y acercarlo a su pecho.
Los humanos son herederos de un prolongado linaje genético, sus antepasados probablemente evolucionaron hace 20 millones de años y a partir de pequeños primates que caminaban a cuatro patas.
Entonces hace aproximadamente seis o siete millones de años los antepasados del hombre se pusieron de pie y empezaron a moverse sobre sus patas traseras.
Muchos científicos en el mundo consideran que la capacidad de caminar en dos pies, es la característica definitoria del ser humano.
El antropólogo Craig Stanford, explica que la expansión del cerebro empezó hace menos de dos millones de años, miles de siglos después de que el hombre caminara erguido. La bipedación, según opina Stanford, fue la adaptación inicial que preparó el terreno para todas las demás.
La biomecánica de la bipedación es drásticamente diferente a la de la locomoción cuadrúpeda, tanto que mucho de los huesos tuvieron que cambiar. El cráneo y la columna vertebral se realinearon, la cabeza y el tronco quedaron en una línea vertical sobre las caderas y los pies.
Para poder soportar el peso del cuerpo y absorber las fuerzas de la bipedación, las articulaciones de las extremidades y la columna se agrandaron y el pie desarrolló un arco. La pelvis pasó de ser una estructura ósea en forma de paleta larga y delgada, propia de los monos, a tener la forma de una silla de montar ancha y plana.
El peso del tronco recayó entonces en las piernas lo que requirió la incorporación de músculos grandes.
Esto mejoró significativamente la estabilidad del cuerpo y eficiencia de la capacidad para caminar en dos pies, pero redujo considerablemente el ancho del canal de parto.
Caminar erguidos es toda una proeza de equilibrio y coordinación que el cuerpo del hombre está perfectamente capacitado para llevar a cabo. Para un chimpancé, caminar en dos patas es una conducta temporal, transitoria.
Hay científicos que opinan que el caminar en dos patas fue una manera para ahorrar energía y por eso observan a chimpances cuando caminan en dos o cuatro patas y miden su gasto de energía.
En los seres humanos, es el modo normal de locomoción, que conlleva muchos beneficios como quizás el principal, tener las manos libres, pero también la locomoción erguida trae consigo un montón de achaques exclusivos de los humanos.
muy buena la página
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