14 julio 2006

Verano con menos kilos

Existe una industria multimillonaria dedicada a la reducción de peso. Nos ofrecen un sinnúmero de pastillas, ungüentos y todo tipo de dietas "mágicas" que nos prometen la delgadez.

No se deje engañar. Lentamente, pero con paso firme, cambie sus hábitos de vida hacia aquellos que le permitan lograr su objetivo.

A su propio paso incorpore las siguientes estrategias, sobre todo aquellas que pueda mantener a través del tiempo, esto le garantizará su éxito a largo plazo.

Enfóquese en la salud y no en la delgadez. Seleccione alimentos que le ayuden a comer sano. La nueva pirámide de alimentos ofrece un resumen básico de los tipos y cantidades que se deben consumir cada día para proporcionar al cuerpo los nutrientes que necesita para una salud óptima.

Averigüe qué es lo que le provoca comer. Frecuentemente comemos por estrés, aburrimiento, soledad, enojo, depresión y otras emociones. Aprender a reconocer los motivos por los que comemos (cuando no es por hambre) nos ayudará a poner más atención en enfocar nuestra energía en otra actividad. Pruebe diferentes técnicas sanas que le ayuden a manejar mejor estas situaciones, tales como yoga, meditación, visualización u otras.

Obtenga apoyo. El aliento de otras personas es un componente clave para el éxito en la pérdida de peso. Si no lo obtiene en su casa o de sus amistades, busque una organización para la pérdida de peso que ofrezca grupos de apoyo. También puede preguntar en el hospital que le quede más cercano si hay dietistas certificados que ofrezcan clases o un programa para grupos de pérdida de peso.

Esté consciente del tamaño de las porciones. Con el continuo aumento en el tamaño de las porciones que se sirven hoy día en los restaurantes, el concepto de los estadounidenses de lo que constituye una porción está distorsionado.

Cuando le sea necesario, divida a la mitad la comida que le han servido y pida un recipiente para llevar la otra mitad a su casa. No tiene que comer todo lo que está en el plato. Aprenda a escuchar su propia hambre y deje de comer cuando se sienta cómodamente satisfecho en lugar de sentirse lleno.

Pierda peso lentamente a través de pequeños cambios. Esté consciente de que una pérdida de peso rápida generalmente significa pérdida de agua y de músculo, no de grasa. El tejido muscular es sumamente importante para mantener un metabolismo elevado; por lo tanto, una pérdida de músculo lleva a una disminución de la cantidad de calorías que podrá comer cada día sin aumentar de peso. Esfuércese por lograr una pérdida de peso de no más de una a dos libras por semana.

Mastique despacio. Desde el momento en que comenzamos a comer, le toma al cerebro 20 minutos comenzar a mandar las señales de saciedad del estómago al cerebro. Las personas que comen rápido generalmente ingieren más allá de su verdadero nivel de saciedad, y la cantidad de calorías que consumen antes de empezar a sentirse llenas puede variar bastante dependiendo de la rapidez con que comen.

Coma menos grasa, pero hágalo de una manera inteligente. Comer menos grasa le puede ayudar a perder peso, pero eso no significa que puede comer cantidades ilimitadas de alimentos sin grasa. Los alimentos sin grasa también contienen calorías. Si consume más calorías que las que su cuerpo necesita, aumentará de peso.

Practique algún tipo de ejercicio. No necesita ser atleta, simplemente camine varios días de la semana, estacione su automóvil en el lugar más lejano que le obligue a caminar más, suba las escaleras en lugar de tomar el ascensor, baile y juegue con sus pequeños. Quemará más calorías mientras más ejercite su cuerpo.

Persevere y logrará su mejor nivel de salud y un peso sano.

Fuente: www.laopinion.com (12 de julio de 2006)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario...