Un nuevo estudio publicado en "Heart" pone de manifiesto que nunca es tarde para realizar cambios en el estilo de vida que redundarán en una mejor salud
Nunca es tarde para comenzar a practicar ejercicio. Es lo que concluye un estudio publicado en el último número de "Heart" por investigadores alemanes de la Universidad de Heidelberg, quienes reanalizaron datos de un estudio sobre cardiopatía isquémica que incluyó a 312 pacientes de 40 a 69 años y a 479 voluntarios sanos de la misma edad.
El resultado principal es que aquellas personas que comienzan a practicar ejercicio intenso a partir de la edad de 40 años reducen a la mitad su riesgo de desarrollar cardiopatía isquémica en comparación con aquellas que siguen siendo sedentarias.
A todos los participantes se les interrogó acerca de su actividad física desde que tenían 20 años. Los que manifestaron que practicaban ejercicio desde entonces mostraron un riesgo de cardiopatía un 62% inferior respecto a los sedentarios.
Pero también se observó que los que habían sido sedentarios y a los 40 años comenzaron a practicar ejercicio vigoroso también redujeron el riesgo en un 55%. La disminución del riesgo fue paralela al grado de actividad física.
Así, la investigación demuestra que un cambio en el estilo de vida dirigido a abandonar el sofá es muy beneficioso de cara a prevenir la enfermedad cardíaca en el futuro, aunque ese cambio se produzca a mediana edad.
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