En la revista Carcinogenesis han publicado un estudio elaborado con ratones que demuestra que la actividad física puede proteger contra algunos tipos de cáncer como el de intestino o el de piel. Se dispusieron dos grupos de ratones, a uno de los grupos se le sometió a una radiación continuada de rayos ultravioletas y también se les permitió el acceso a la rueda de correr que utilizan.
Al segundo grupo se le vetó el acceso a esta rueda, con lo cual se reducía notablemente la actividad física en los ratones. Los resultados demostraron que el primer grupo (el que tenía acceso al ejercicio físico) tardó mucho más tiempo que el grupo sedentario en presentar tumores cutáneos y éstos eran mucho más pequeños que los que presentaba el segundo grupo. Naturalmente, también presentaron un menor índice de grasas en el cuerpo.
Un segundo estudio corrobora el primero, se analizó la evolución de pólipos precancerosos en el intestino de ratones machos descubriendo que el ejercicio acompañado de una dieta restrictiva reducía el número y el tamaño de los pólipos, mejorando la supervivencia de los ratones.
Una vida saludable necesita que varios factores intervengan para propiciarla y uno de ellos, indudablemente es el ejercicio físico. El sedentarismo no conlleva nada bueno, hay que moverse.
Uno de los autores del estudio sobre el cáncer de piel cree que la muerte celular programada que se desencadena por el ejercicio, puede explicar el hecho de que los ratones que realicen más ejercicio físico tengan mejores resultados. Al parecer, a pesar de que los rayos ultravioletas favorezcan el desarrollo de tumores, el ejercicio contrarresta el efecto estimulando la muerte de las células cancerígenas.
Está claro, hay que evitar el sedentarismo y realizar algún ejercicio físico, el que nuestro cuerpo nos permita, pero seguro que nuestra salud lo agradecerá.
Más información: Carcinogenesis ; Rutgers
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