Mantenerse al tanto de lo que se requiere para vivir sano(a) puede llevar a frustración, fatiga, angustia y a depresión. Muchos profesionales de la salud consideran que el nivel de angustia y depresión es igual de dañino que factores tales como el azúcar en la sangre, colesterol alto y sobrepeso.
Utilice estos sentimientos como indicadores para actuar y consulte con su médico para obtener un tratamiento adecuado. Aceptar y enfrentar la aflicción de la diabetes son partes críticas del autocontrol de la enfermedad. Las siguientes sugerencias le proporcionarán ideas de lo que puede hacer cuando usted se siente abrumado(a).
1. Es natural sentir agobio. La diabetes es una carga pesada para la mayoría de los pacientes, y es normal reaccionar ante esta carga. Desatender o ignorar este tipo de sentimientos a menudo sólo los empeora.
Encontrar a alguien con quien poder hablar acerca de lo que siente le podría ayudar. Si tiene este tipo de sentimientos por más de dos semanas, necesita buscar el apoyo de un profesional.
2. Consulte con su proveedor de servicios médicos. Éste sabe que para sobrellevar exitosamente la diabetes usted debe combatir la angustia, depresión o el agobio extremos. Sin embargo, es difícil lograrlo cuando le dan largas listas de sugerencias para su cuidado, no le explican claramente o le proponen planes de control complicados.
Déjeles saber si siente angustia para que puedan encontrar un plan en equipo que sí le funcione. En ocasiones, un tratamiento corto con medicamentos antidepresivos puede ayudar; en otras, hablar con un especialista en comportamiento humano es otra opción que podría funcionar. En algunos otros momentos simplemente una revisión de su plan para el control de la diabetes es todo lo que se necesita para sentirse menos agobiado.
3. Hable con miembros de su familia, amistades u otras personas con diabetes. En ocasiones pensamos que hablar acerca de la diabetes significa que nos estamos quejando. Sin embargo, puede ser una manera de compartir nuestras luchas y preocupación y quizás hasta obtener una nueva perspectiva.
Es posible que conversando logremos obtener nuevas ideas para confrontar nuestras frustraciones y vencer obstáculos. Si nosotros no hablamos sobre lo que nos concierne, los sentimientos pueden permanecer atrapados en nuestro interior y salir inoportunamente de una manera equivocada.
Es importante encontrar a personas que le quieran escuchar y apoyar. A menudo, necesitamos de alguien no porque buscamos una solución, sino porque queremos expresar cómo nos sentimos sin que nos juzguen ni reprendan.
4. Realice una cosa a la vez. Entre más grande sea el número de asuntos que queremos cambiar al mismo tiempo, mayor es la posibilidad de que no logremos alcanzar ninguna de nuestras metas. Esto sólo aumentará nuestros sentimientos de frustración y fracaso. Una mejor estrategia es crear una lista de prioridades y trabajar para lograr una meta a la vez.
5. Encuentre su propio ritmo. Entre más lentamente haga ciertas modificaciones —como cambiar hábitos de alimentación— mayor será la probabilidad de lograr su meta y mantenerla a largo plazo.
Otro ejemplo, si usted trata de aumentar su actividad física, puede comenzar haciendo 60 minutos de ejercicio cada día. Sin embargo, probablemente se sentirá adolorido(a) y desista después de unos cuantos días a causa del dolor y la fatiga. Si ignora el dolor y continúa con el ejercicio, tal vez pueda ser capaz de mantener el ritmo por unas cuantas semanas o quizá hasta por un mes. Después probablemente se cansará de este nuevo compromiso y otras prioridades demandarán su tiempo. Podría hasta dejar de hacerlo por completo.
En vez de eso, si se compromete a hacer ejercicio tres días por semana por 35 minutos, usted mismo sentirá el deseo de continuar aumentado la frecuencia y duración de sus caminatas.
6. Los cambios de estilo de vida funcionan mejor cuando no los realiza solo. Estudios recientes demuestran que este tipo de cambios funciona mejor cuando hay otras personas involucradas en el proceso que se ayudan unas a las otras. Las parejas y familiares que se comprometen a hacer los mismos cambios tienen más éxito que las personas que intentan cambiar sin el apoyo de nadie.
Pedir a miembros de la familia que le ayuden a recordar sus metas, como podría ser tomar los medicamentos a sus horas, resulta muy útil. Estos individuos deben estar dispuestos a ayudar y apoyar, no a criticar.
7. Enfóquese en metas de hábitos cotidianos. Ponerse metas que tengan que ver con hacer actividad física y comer sano puede ser más realista que fijarse metas de pérdida de peso, ya que esto es algo que puede variar día a día.
Por ejemplo, comprometerse a comer verduras y evitar alimentos fritos resulta más probable que fijarse como meta bajar 25 libras en un mes. Esto podría ayudarle a reducir la frustración ya que la meta es más sencilla y probable de realizar.
Los aspectos que tenemos bajo nuestro control son: aquello que decidimos comer, cantidad de actividad física, la frecuencia en la que tomamos los medicamentos y con qué frecuencia medimos los niveles de azúcar en la sangre. Nuestra diabetes mejorará si controlamos estos aspectos.
8. Responsabilícese de su diabetes. El control de la diabetes es responsabilidad personal. Esta idea quizá le asuste. Sin embargo, una vez que ejerza poder personal sobre el manejo diario de la diabetes, usted notará que toda su perspectiva cambia. Si siente más poderoso; es más probable que adopte una posición proactiva y que sienta motivación por su vida. Las personas que se comprometen personalmente a su propio cuidado generalmente tienen más éxito que aquellas que pasivamente dejan el cuidado de su salud en manos de los proveedores de servicios médicos.
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