20 abril 2006

¿Estresado? ojo con las adicciones

Las personas que sufren estrés tienen más propensión a comer compulsivamente o desarrollar adicciones.

Esto se debe a que el alto nivel de una hormona en el cerebro de personas estresadas las hace necesitar "recompensas", como comida o una droga. Eso es lo que indica un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos.

La investigación, llevada a cabo con ratas en el laboratorio, descubrió que el centro del cerebro que controla la necesidad de recompensa se activa cuando la persona está estresada. La responsable de este mecanismo es la hormona llamada Factor Liberador de Corticotropina o CRF en sus siglas en inglés.

Según los investigadores, las ratas con niveles de CFR similares a los que tienen las personas estresadas, mostraron un deseo exagerado de obtener una gratificación. Esto, dicen los científicos, podría explicar porqué un individuo con estrés siente un creciente deseo de comer compulsivamente, desarrollar conductas adictivas o una necesidad excesiva de recompensas.

"Lo que encontramos es que este neurotransmisor (el CFR) asociado con el estrés, no solamente produce estrés en general, o procesos de ansiedad", dijo a BBC Mundo Susana Peciña, una de las autoras del estudio. "Sino que también actúa en procesos motivacionales positivos, como puede ser aumentar el deseo de obtener comida o el deseo de una droga", señala la investigadora.

Estímulo y respuesta

Los científicos, que publicaron su investigación en la revista BMC Biology, inyectaron a un grupo de ratas un alto nivel de CFR en la parte del cerebro que se sabe está asociada con el estrés. Otro grupo recibió niveles menores de la hormona CFR.

Previamente, ambos grupos de animales habían sido entrenados a responder a un estímulo: un sonido que anticipaba una recompensa de azúcar si el animal presionaba una palanca. "Cuando se les inyectó el neurotransmisor, los animales con niveles más altos de CRF presionaron la palanca tres veces más que las ratas con niveles bajos de CRF", dice Susana Peciña.

"Esto nos hace pensar que la necesidad de obtener una gratificación, en este caso el azúcar, no es un efecto secundario para liberar el estrés, sino que es un efecto directo de los sistemas motivaciones del cerebro", explica Peciña. La investigadora explica que "la visión tradicional es que el individuo tiene un deseo intenso de comer o tomar una droga para liberar el estado de estrés".

"Pero además -agrega- la persona también está activando sistemas de motivación específicos en el cerebro que controlan la necesidad de comer compulsivamente o el deseo de consumir drogas", indica Susana Peciña.

Controles

El estudio, dicen los expertos, podría tener repercusiones importantes para el desarrollo de mecanismos para controlar adicciones o conductas compulsivas. "Hemos visto dos implicaciones importantes", dice la investigadora.

"La primera es que es muy importante reconocer el efecto que el estrés tiene para una persona que esté tratando de controlar el consumo de alimentos o de drogas", señala.

Según Peciña, si una persona es consciente de que bajo los efectos del estrés se es más vulnerable a la tentación o adicción, podrá ser más capaz de controlar ese deseo.

"El estudio también nos ayuda a entender la mejor forma de administrar un mecanismo que combata los efectos del CRF, como medicamentos que actúen más específicamente en los receptores de la hormona del estrés" agrega.

"Si se logra desarrollar ese tipo de bloqueadores, se contará con una gran ayuda para las personas que están tratando de dejar adicciones o controlar su alimentación", concluye la investigadora.

Fuente: BBC Mundo Ciencia (19 de abril de 2006)

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