Quién puede negar que caminar rápido, subir escaleras o andar en bicicleta sirven para prevenir enfermedades? Pues bien, la mayoría de la población de América no le da (o no le puede dar) importancia a la actividad física. El 60% de la población es inactiva: no sigue la recomendación de un mínimo de 30 minutos diarios de actividad, por lo menos cinco días a la semana.
El dato surgió a partir de un seguimiento de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 24 países. Y sirvió para hacer un fuerte llamado de atención. A nivel individual: para que la gente se mueva más y no pase sus horas sólo frente al televisor o a la computadora, o comiendo.
También se difundió un alerta a un nivel colectivo, en especial para los gobiernos que deberían percibir la actividad física como un asunto de salud pública y promoverla más constantemente.
"Los gobiernos deberían empezar por utilizar nuevos instrumentos para evaluar mejor el sedentarismo en las poblaciones", dijo a Clarín Enrique Jacoby, de la unidad de Nutrición de la OPS, en Washington. Informó que, en comparación con otros países del continente, Canadá, Estados Unidos y Brasil tienen mejores niveles de actividad física deportiva, "pero a ella no acceden todos los grupos sociales. De lo contrario, ¿cómo se explica la epidemia de obesidad?"
¿Y por qué tanta insistencia con el moverse más? Porque a esta altura de las investigaciones científicas ya no quedan dudas de que el sedentarismo (como también lo son la obesidad y el fumar) es un factor de riesgo para desencadenar enfermedades no transmibles. El sedentarismo puede ser un "empujón" hacia las cardiovasculares, la diabetes tipo 2, la osteoporosis, el cáncer de colon y el de mama.
Se sabe que el 76% de todas las muertes en el continente americano durante el año 2000 se debieron a enfermedades no transmisibles. Ese mismo año se produjeron en Latinoamérica 119.000 muertes vinculadas a estilos de vida sedentarios. Es una pena: según la OPS, muchas de esas muertes se hubiesen evitado (o mejor dicho, postergado) con más actividad.
En los 24 países que se evaluaron, la proporción de la población cuya salud está en riesgo debido a una vida inactiva se aproxima al 60%. El grupo de los mayores de 60 años es el más sedentario. "Es en este sector donde se presentan las mayores tasas de prevalencia de enfermedades no transmisibles".
"Con este llamado de atención —aclaró Jacoby— no pretendemos que todo el mundo se vuelva un deportista. Sólo invitamos a que la gente tenga una vida más activa, con caminatas rápidas, bailes, uso de bicicleta, entre otras actividades físicas utilitarias".
Esas actividades previenen enfermedades como la diabetes, reducen el estrés, alivian la depresión y la ansiedad, estimulan la autoestima y mejoran la claridad mental. ¿Qué más hay que decir para que la gente se mueva más? "Es cierto que se conocen los beneficios de la actividad física —reconoció Jacoby—, pero los cambios de las sociedades de hoy han llevado a que el sector de los servicios lidere en la economía, dejando atrás a la agricultura, por lo tanto la gente pasó de gastar 2.500 calorías por semana en el año 1900 a 1.500 calorías semanales en la actualidad".
El especialista señaló que "el entretenimiento dejó de ser físico (como ocurre con los videojuegos), y las ciudades —con la inseguridad o la falta de espacios verdes— no siempre son muy amigables para la actividad física". Este problema importa a todos: "No sólo los médicos deben decirle a los pacientes que se muevan más. Los urbanistas, los educadores, los ingenieros en transporte, entre otros, pueden alentar la actividad física".
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