01 julio 2005

El Sol: malo para la piel, bueno para la próstata

El calor que estamos pasando en este recien estrenado verano, me da la impresión que nos derretiremos. Pero para que todo no sea malo, y nos quejemos del sol, podemos analizar la siguiente noticia:

Un estudio oncológico considera que el cuerpo manufactura la forma activa de la vitamina D a través de la luz solar. Al mismo tiempo, los investigadores advirtieron de que no se debe combatir el peligro con baños de sol prolongados por cuanto ello implica aumentar la posibilidad de cáncer de piel.

El estudio, basado en el análisis de datos proporcionados por tres centros oncológicos, determinó que la luz solar redujo el peligro de cáncer prostático a la mitad en comparación con hombres que eludieron esa exposición. La exposición a la luz solar prolongada puede reducir el peligro de cáncer de la próstata, según un estudio divulgado por la revista "Cancer Research".

"Creemos que la luz del sol ayuda a reducir el cáncer de próstata porque el cuerpo manufactura la forma activa de la vitamina D a través de la luz solar", manifestó Esther John, del Centro Oncológico del Norte de California. Más aún, esa reducción se redujo a un 65 por ciento en hombres que carecían ciertas variaciones genéticas, indicó el estudio.

Pero, al mismo tiempo, los investigadores advirtieron de que no se debe combatir el peligro con baños de sol prolongados por cuanto ello implica aumentar la posibilidad de cáncer de piel, en especial de melanoma.

"Si los estudios futuros comprueban una reducción en el riesgo de cáncer de próstata en relación con la exposición a la luz solar, el aumento del consumo de vitamina D en la dieta y los suplementos dietéticos podría ser una forma segura de conseguir los niveles adecuados de esa vitamina", dijeron los científicos en su estudio.

Estudios anteriores realizados por Gary Schwartz, del Centro Integral del Cáncer en la Universidad de Wake Forest (Carolina del Norte) ya habían demostrado que la próstata utiliza la vitamina D para el crecimiento normal de las células prostáticas y para impedir la propagación de células cancerígenas en otras partes del cuerpo.

"Los genes involucrados son los que determinan el tipo de receptores de vitamina D que tiene una persona. Estos receptores, que funcionan con la vitamina D, varían en su capacidad para captar la vitamina y, por lo tanto, también varían en su capacidad de influir en el comportamiento celular", señaló Schwartz.

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