09 junio 2005

Pirámide de ejercicios adecuados



El ejercicio regular y adecuado es indispensable para gozar de buena salud y calidad de vida. Como hemos dicho en muchas ocasiones, y bien vale la pena repetirlo, conjuntamente con una nutrición equilibrada y una mente positiva y sosegada, el ejercicio constituye el otro pilar sobre el que descansa la salud, la vitalidad y la longevidad. La vida sedentaria de nuestra sociedad moderna es un factor fundamental en muchas y dañinas enfermedades: infartos, derrames cerebrales, obesidad, hipertensión, diabetes, etc.

Mediante una forma muy gráfica, distribuimos mediante una pirámide de ejercicio adecuado, los diferentes tipos de ejercicios que debemos realizar.

La base esta constituida por la convicción de que la actividad regular debe ser el "pan de cada día". A este concepto lo podemos llamar conciencia de movimiento y con él pretendo describir un comportamiento que se manifiesta en una forma de vivir diariamente, una forma de promoción de la salud. Esto se traduce a la vida diaria en escoger el movimiento cada vez que podamos y disminuir al máximo los periodos de "inactividad negativa o inútil" (la inactividad negativa es aquélla en la que no estamos haciendo nada realmente positivo; entendemos que el descanso, el sosiego o el ocio, en justa medida, son actividades altamente positivas). En este escalón la periodicidad es permanente, es decir, básicamente mientras más, mejor.

El segundo nivel desde la base es el tiempo que le dedicaremos específicamente a hacer ejercicios. Tanto la cantidad (intensidad) como el tiempo de la practica deben de adecuarse a la edad y condición física de la persona en ese momento, así como permitir períodos de recuperación adecuados.

El programa de entrenamiento que escojamos para satisfacer todas las necesidades debe contener los tres grupos de ejercicios que existen, a saber: los ejercicios aeróbicos que fortalecen el corazón y sistema vascular, los de fortalecimiento que mejoran el tono muscular y los de elasticidad que permiten el libre flujo de sangre y eliminan tanto tensiones físicas cómo psíquicas.

El escalón superior de la pirámide se dedica a combinar la activad física, el ocio, la familia y los amigos. Este es un período de entretenimiento, para compartir, para divertirse, que utiliza como medio la actividad física. Juegos de pelota, de raqueta, paseos, excursiones por el campo, el baile, la pesca, o la caza, son ejemplos de este . Por supuesto, el escalón inferior puede combinarse con esta filosofía para hacerlo más divertido, y así, lo que llamaríamos "ejercicio más serios" (nivel 2), se compartirían con los seres queridos, fortaleciendo los lazos y los sistemas de apoyo y soporte que nos podemos brindar mutuamente.

En la punta de la pirámide se encontraría lo que hemos llamado "inactividad negativa o inútil"; horas que pasamos frente al televisor y que no nos ofrecen ni actividad, ni descanso, y cuya diversión es discutible. Consideramos que esos períodos deben limitarse aún a sabiendas que después de un duro día de trabajo lo que más apetece es tirarse en el sillón y "tragarnos" cualquier cosa. Quizás la respuesta para limitar este períodos de tiempo es el descubrir otros placeres como la lectura, la música, la meditación o la convivencia, incluyendo las relaciones sexuales con nuestra pareja, que nos aportarán muchos más beneficios y alegrías.

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