07 junio 2005

Deportes urbanos: Ciclismo


Beneficios. El ciclismo es una actividad que se puede practicar a todas las edades y no exige nunca un máximo esfuerzo al corazón. Contribuye a desarrollar las articulaciones y los músculos de las piernas, las caderas y los glúteos, y a perder grasa en los muslos y las pantorrillas. También puede mejorar el funcionamiento de los pulmones y del corazón y reducir así el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Además, la bicicleta ayuda a incrementar el gasto calórico y a combatir los problemas de sobrepeso.

Riesgos. Diversos estudios han demostrado que el ciclismo puede provocar sobrecargas o desequilibrios en los ligamentos y la musculatura de la espalda. A esto hay que añadir las caídas y los accidentes por colisión, sobre todo con automóviles.

Equipo básico. Bicicleta de paseo, de ciudad o híbrida. Ropa cómoda y transpirable. Calzado con suela de goma, gafas de sol y, lo más importante, casco.

Consejos:

  • Esté siempre alerta al tráfico y respete las normas de circulación. Siga el sentido de la circulación y señalice con las manos cuando vaya a girar o detenerse. Avise a caminantes y a otros ciclistas cuando los vaya a adelantar.
  • Esté muy atento a los obstáculos e irregularidades del terreno.
  • Realice una serie de estiramientos previos, sobre todo con los músculos de las piernas, los glúteos, la zona lumbar y el cuello.
  • Intente aumentar el esfuerzo de forma progresiva.
  • Cambie con frecuencia la posición de las manos, utilice guantes bien acolchados y agarre el manillar con firmeza pero sin excesiva fuerza.
  • Evite bloquear o fijar en exceso los codos.
  • No deje caer todo el peso de la parte superior del cuerpo sobre los brazos.
  • Realice ejercicios compensatorios, destinados a potenciar la musculatura abdominal y estirar el psoas-iliaco.
  • Recuerde que el sol y el viento pueden causar estragos en su piel. No olvide usar una crema protectora.

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