29 marzo 2005

El entrenamiento de fuerza mejora la salud de los ancianos con diabetes tipo 2

Así se desprende de un estudio del Centro de Estudios y Medicina del Deporte del Gobierno foral El entrenamiento de fuerza mejora de manera importante la salud de las personas ancianas que padecen diabetes tipo 2 (afecta en España al 20% de los mayores de 65 años), según un estudio realizado por el Centro de Estudios y Medicina del Deporte del Gobierno foral.

Este trabajo, que han colaborado los departamentos de Endocrinología y Salud del Hospital de Navarra, los de Dietética y Dietoterapia de la Universidad de Navarra, y el de Radiología de la Clínica San Miguel de Pamplona, ha sido publicado por la revista Diabetes Care, editada por la Asociación Americana de Diabetes (ADA).

El entrenamiento de fuerza recomendado, consiste en realizar únicamente dos sesiones semanales de ejercicios de musculación, de una hora de duración cada una. Con ello, se observa un significativo aumento de la fuerza en brazos y piernas, así se logra más independencia funcional; un descenso acusado de la grasa abdominal, que disminuye la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares; y una mejora de la diabetes.

El estudio pone de relieve la importancia de realizar este entrenamiento de fuerza con programas diseñados de forma individualizada, supervisados por un monitor.

Para completar el plan de ejercicios de fuerza, se recomienda también realizar algún otro tipo de actividad cardiovascular suave, como caminar, andar en bicicleta o nadar, así como adoptar una dieta alimenticia saludable, baja en grasas.

La diabetes tipo 2 está relacionada directamente con la obesidad, con la edad las personas hacen menos ejercicio y llevan una vida más sedentaria, al aumentar la obesidad crece la probabilidad de padecer este tipo de diabetes.

El proceso de envejecimiento va acompañado de la pérdida de buena parte de la musculatura, y la consiguiente disminución de fuerza en personas que llevan una vida sedentaria.Por ello, una vez cumplidos los 80 años, un elevado porcentaje de ancianos necesitan a otras personas para poder realizar sus actividades diarias habituales, como levantarse de la cama, asearse, ir a la compra o visitar a sus amistades, por lo que pierden su independencia funcional.

Aquí radica la importancia del entrenamiento fuerza en esa etapa de la vida, ya que facilita que estas personas mantengan durante más años su independencia funcional.En los países desarrollados, la mayoría de las personas con diabetes tipo 2 tiene más de 65 años, y se prevé que en el año 2025 esta incidencia vaya en aumento, debido al incremento de los malos hábitos alimenticios y a la vida sedentaria.

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