01 febrero 2005

Caminar y sus efectos


Si no te apetece, por la razón que sea acudir a un gimnasio para mejorar tu condición física, tienes otra solución, aquí no valen excusas, caminando también se mejora la calidad de vida
Los especialistas coinciden en que caminar resulta una gran ayuda para muchas enfermedades, pero resaltan que también hay que tomar precauciones sobre todo en verano, por las elevadas temperaturas.

El estrés, la mala alimentación, y las largas horas de letargo frente al televisor (no hace falta ya que especialistas lo digan), generan numerosos riesgos para la salud. Aunque muchos piensen que correr es la mejor forma de eliminar toxinas y grasa, según diversos estudios, las caminatas resultan muy efectivas.

Entre los numerosos beneficios, se afirma que disminuyen el riesgo de ataques cardíacos, apoplejía, hipertensión, osteoporosis, depresión, ansiedad y obesidad, entre otras enfermedades.

Los especialistas recomiendan, sobre todo por que ayudan a la irrigación, la oxigenación de la sangre y a las funciones cardiovasculares. Las las caminatas pueden comenzar con una frecuencia de 30 minutos, tres veces por semana, para después ir incrementando el tiempo y las distancias. Sobre todo es recomendable para personas que tienen problemas de sobrepeso, porque es una actividad de bajo impacto.

Es importante tener un buen calzado, de lo contrario
pueden producir a la larga algunas lesiones, pero no necesariamente deben ser caro el calzado.

Otro tema a tener en cuenta es la hidratación, que debe hacerse antes, durante y después de la caminata. Con cualquier actividad se transpira, y en el caso de las personas que pierden mucho líquido, deberían hidratarse adecuadamente. Los horarios ideales para el ejercício son por la mañana temprano y al anochecer, eso especialmente en época de elevadas temperaturas. El resto del año puede hacerse en el horario que mejor nos convenga y con ropa adecuada a las temperatura ambiente que tengamos.

Debemos tomar conciencia de que es importante caminar, y que tenemos que hacerlo para mejorar nuestra calidad de vida.
Es una forma de ejercicio excelente y barata.

Aparcar el automóvil un poco más lejos. Podemos realizar pequeños cambios, que nos ayudarán a realizar ejercicio. Caminar resulta siempre beneficioso, a menos que haya condiciones médicas que lo contraindiquen (como la predisposición a las caídas o una enfermedad articular degenerativa avanzada). Ente cualquier duda consultar a un médico, para descartar cualquier problema o riesgo.

En una caminata enérgica de 30 minutos se queman alrededor de 200 calorías, mientras que en una caminata lenta se queman 100 calorías. Podemos realizar cambios pequeños, como estacionar el automóvil, más lejos del trabajo o de una tienda para luego caminar la distancia extra, fácilmente se pueden agregar 30 minutos de ejercicio diario extra.

Miles de personas personas descubren las ventajas de las caminatas. Caminar es tan útil como hacer gimnasia. Cada vez más a menudo vemos una larga procesión que comienza con las primeras horas de la mañana, baja su ritmo cuando el calor aprieta y cobra nuevamente vida por la tarde y noche. Son los devotos de las caminatas, que encontraron en este sistema una manera de sentirse mejor y de colaborar para gozar de buena salud.

Hace años, lo común eran los corredores, hombres y mujeres con un aceptable estado físico que les permitía recorrer varios kilómetros al trote. Caminar era una actividad propia de ancianos y gente en recuperación. Pero con el transcurso de los años comenzaron a difundirse las bondades de las caminatas tranquilas, a paso firme pero sin apuro por llegar a ningún lado.

Las avenidas, los parques y las plazas de las ciudades son los lugares elegidos para desarrollar la actividad. Los que viven en pueblos no tienen tantas pegas, y salir al campo lo tienen más fácil. En otros lugares aprovechan los carriles para las bicicletas que cada vez abundan más, para poder andar (con las consecuentes discusiones con los ciclistas), pero tenemos sitio para todos, si no les entorpecemos el paso. Es más, algunos de los gimnasios que cierran sus puertas por vacaciones recomiendan a sus clientes suplantar la actividad con una hora diaria de caminata.

Son muchos los estudios que demostraron que caminar es tan beneficioso como la práctica de ejercicios en un gimnasio. Aunque una cosa no tiene por que suplantar a la otra las dos pueden coexistir. Además de colaborar con la salud física y mental, es ideal para perder peso.

Científicos de la Universidad de Pennsylvania en EEUU trabajaron con 179 personas con sobrepeso en un programa para adelgazar de 40 semanas. Los pacientes debían asistir a sesiones de grupo para trata la problemática, limitar sus comidas diarias a un régimen de entre 1.200 y 1.500 calorías y a su vez siguieron tres planes distintos de ejercicios.

Por un lado realizaban una actividad prefijada en un gimnasio durante cuatro días a la semana, con una duracón de 50 minutos. Otro grupo practicaba la misma rutina pero en sus casas y el tercero utilizaba un podómetro encargado de contar pasos, con la finalidad de incrementarlos a 5.000 por día, caminando algo más de 3 kilómetros.

Al finalizar las primeras 20 semanas, los participantes de todos los grupos habían reducido su peso en iguales cantidades, entre el 7 y el 8 por ciento de su peso inicial.

Cuando concluyó el estudio el porcentaje se elevó hasta un 9 por ciento. Esto demostró que las personas con sobrepeso, que no quieren asistir a un gimnasio ni realizar actividad física en su casa, tranquilamente pueden reemplazarlo con el simple acto de caminar.

En otro estudio de la Universidad de Pittsburgh siguieron la pérdida de peso de 59 mujeres, que también consumían entre 1.200 y 1.500 calorías por día. También debían participar en tres planes distintos de ejercicios: caminatas a solas, caminatas junto a un liviano entrenamiento de resistencia y el último caminatas junto a yoga.

En seis meses perdieron entre 10 y 12 kilos y no se presentó una diferencia significativa en el descenso de peso entre los distintos grupos. Se apunta, sin embargo, que bajar de peso no es suficiente.

El secreto está es mantener ese nuevo equilibrio. Para tener un adecuado control del peso y de los niveles óptimos de grasa corporal, se requiere de un compromiso de toda la vida que comprenda hábitos alimenticios adecuados y una actividad física constante. La ayuda del ejercicio es fundamental, pues es un estupendo regulador del apetito, disipa la ansiedad y deja encendido el metabolismo. Está claro que salir a dar un paseo es una excelente idea.

Realizar cualquier actividad física es imprescindible sin importar la edad. Deporte y buena salud, es una fórmula infalible.

Cada día son más los amantes del ejercicio físico al aire libre, no necesariamente se puede realizar solamente durante el verano y cuando hace buen tiempo. Se puede realizar todo el año, sin importar las inclemencias del tiempo, es cuestión de utilizar la ropa deportiva adecuada.

Pero para muchos el gimnasio es un imán irresistible y se mantienen fieles a los “aparatos de tortura”, sobre todo los más jóvenes. Pero más allá del método, lo importante es realizar alguna actividad. Los especialistas recomienda consultar antes al médico, sobre todo si existen antecedentes de salud que entrañe algún riesgo. Ese es el primer paso para programar una rutina diaria o semanal de ejercicios.


Las ventajas de dejar de la lado la vida sedentaria son múltiples: aumenta el tono y fuerza muscular, mantiene la flexibilidad de las articulaciones, ayuda a disminuir la presión arterial y reduce el colesterol y el riesgo de diabetes. Por supuesto que todo depende de cada organismo y por el solo hecho de caminar nadie tendrá solucionado sus problemas de salud, pero ayudará.

Además, hay que tener en cuenta que sin ejercicio los músculos se vuelven flácidos, los huesos se hacen quebradizos, el músculo cardíaco se debilita y las células del organismo no utilizan eficientemente el oxígeno. Los beneficios están a la vista y la toma de conciencia también.

Los médicos recomiendan fervientemente retornar a la cultura del deporte. Además de caminantes y gimnastas, futbolistas, tenistas y basquetbolistas aficionados de todas las edades despuntan el vicio en canchas de clubes, parques o zonas improvisadas en el barrio. No importa el sistema, hay para todos los gustos, la idea es acostumbrar al cuerpo al esfuerzo físico que pueda tolerar para mantener la salud.

Importante:
  • Para reducir el peso se recomienda una dieta sana, consistente en una restricción calórica leve, acompañada de un programa de ejercicios de resistencia y de una modificación en la conducta de los hábitos alimenticios. La pérdida de peso no debe exceder a 1 kilo por semana.
  • Los ejercicios dinámicos de grandes grupos musculares ayudan a mantener el tejido no graso y la densidad ósea, y producen una disminución en el peso.
  • Los programas de ayuno y dieta prolongados que restringen severamente el ingreso calórico son médicamente peligrosos.

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