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20 abril 2013

Algunos remedios para los pies hinchados


Son muy poco atendidos y muchas veces olvidados, los pies son el gran soporte de nuestro cuerpo y sin embargo no le damos la importancia debida, teniendo presente la misión que cumplen. Solo cuando tenemos un problema, una molestia, o no podemos caminar nos acordamos de que existen. Así que merecen ser cuidados y en muchas ocasiones en Caminar Más he comendado sobre algunos puntos a tener en cuenta para el cuidado de nuestros maltrechos pies.

En estaocasión, no quiero pasar por alto un problema que suele ocurrir a menudo cuando pasamos mucho tiempo caminando, o al estar varias horas de pie, o tener puestos unos zapatos que nos aprietan o simplemente por problemas circulatorios, empezamos a notar que tenemos los pies hincados, eso suele ocurrir sobre todo a las mujeres embarazadas.

Es tan incómodo tener los pies hinchados que incluso, no tenemos ganas de caminar más. Si esto te suele pasar, no te preocupes, existen algunos remedios para los pies hinchados que te pueden aliviar de estas incomodas molestias. Nuestros pies hacen mucho por nosotros, así que es bueno tener presente estos pequeños consejos, la mayoría de los ingredientes los tenemos a mano:
  • Sal. El consejo más popular para pies hinchados es el baño con agua tibia y sal gruesa para relajarlos.
  • Aceite. Este otro remedio para pies hinchados te ayudará; realiza un masaje con aceites esenciales o aceite de oliva, éste último es bueno pues activa la circulación.
  • Manzanilla. Este es otro remedio muy popular para pies hinchados; prepara una infusión de esta planta con agua hirviendo, y una vez que se enfríe, comienza a dar masaje con ella.
  • Hielo. El hielo es muy buen desinflamatorio, sobre todo para aquéllos que son deportistas. Aplica una bolsa con hielo sobre tus pies y deja actuar por un rato.
  • Pelota. Coloca una pelota de tenis o de un tamaño similar y muévela con la planta de los pies; una forma divertida de aliviar los pies hinchados.
  • Caminar. Pero descalzos, cuando tengas tus pies hinchados este será otro buen remedio. Camina descalzo sobre arena o cesped; trata que la superficie sea suave o esponjosa. En caso de no tener cerca ninguno de estos dos elementos, simplemente camina descalzo, así bajarás la molestia de los pies hinchados.
  • Limón. Realizar un masaje en los pies aplicando un poco de crema de pies con un poco de zumo de limón. Sentirás una sensación de frescura sobre tus pies hinchados.
  • Salvia y romero. Si te fuiste de excursión, la salvia resultará perfecta para tus pies hinchados. Realiza una infusión con 50 gr. de salvia y 50 gr. de romero; toma un baño de pies durante 15 minutos.
  • Avena. Relaja tus pies hinchados poniéndolos en agua caliente (lo máximo que puedas aguantar), con un poco de harina de avena.



La información médica ofrecida en esta web tiene solamente un carácter formativo y educativo, y no pretende sustituir las opiniones, consejos y recomendaciones de un profesional sanitario. Las decisiones relativas a la salud deben ser tomadas por un profesional sanitario, considerando las características únicas del paciente.

11 julio 2012

Los beneficios de caminar descalzo

Caminar descalzo puede ser tan beneficioso como placentero para nuestros pies, sobre todo después de un arduo día de trabajo, debido a que la planta del pie es una de las partes del cuerpo con más terminaciones nerviosas.

Exponer la piel de los pies al contacto con la tierra, arena, hierba o agua, constituye una excelente forma de fortalecer el organismo y conectar con la energía de la naturaleza, lo cual ha sido empleado desde tiempos de la antigua china hasta hoy, a través de diversas terapias alternativas.

Caminar o correr sin zapatos desarrolla más fuerza en los músculos de los pies, piernas y caderas. Favorece la circulación sanguínea, fortalece la musculatura de los pies, flexibiliza las venas y previene infecciones, de acuerdo con el portal mundonatural.cl

Entre los beneficios de caminar descalzo está el ajuste de los mecanismos del pie, pues esto ayuda a que éste tome la posición adecuada. Esto significa una mejoría en la forma de andar, con más agilidad y equilibrio. Por ello, los atletas terminan su rutina de ejercicios descalzos sobre el pasto o cesped.

Existen diversas corrientes de la reflexología que utilizan los puntos de la planta del pie para estimular neurológicamente diferentes estructuras orgánicas del cuerpo.

Caminar descalzos por la hierva implica estar en contacto con la madre tierra para volver a recuperar la energía, fuerza, estabilidad, coherencia, solidez y el equilibrio. Caminar por las mañanas en el cesped fresco puede generar una sensación de bienestar y relajación, así como entusiasmo y fuerza.

Si piensas hacer ejercicio sin zapatos, ten en cuenta que debes comenzar poco a poco: primero camina descalzo en superficies blandas, puede ser en tu casa varios minutos al día para fortalecer los músculos en los pies y en los tobillos.

Notarás que la piel de planta del pie se hará más dura, espesa y resistente, y así quedará lista para ejercitarte descalzo durante más tiempo y sin que ello duela tanto.


19 junio 2012

Algunos cuidados de nuestros pies

El Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana ha advertido de que un buen secado de los pies y no abusar de los esmaltes de uñas son "claves" para evitar los hongos durante el verano, una época en la que los pies están más expuestos, por lo que aconsejan visitar al especialista para revisar que su estado "es correcto y no propagar afecciones contagiosas".

La institución colegial ha aconsejado que se realicen revisiones "periódicas" en esta época del año con la finalidad de proteger el pie y evitar el contagio por hongos en los meses estivales. Algunas señales que, según ha explicado la entidad en un comunicado, "deben hacernos sospechar" de la existencia de esta patología son la aparición de rugosidades en las uñas; aumento de la sudoración y maceración interdigital; tener la piel escamada en esa zona; detectar un cambio de color en uñas y/o dedos y la aparición de mal olor y/o pequeñas ampollas.

Para evitar su aparición, desde el Colegio de Podólogos han elaborado un decálogo con 10 recomendaciones básicas, como la de no abusar de los esmaltes de uñas y, si se utilizan, cambiarlos "con frecuencia" porque, al no dejar transpirar la uña, "se convierten en un foco generador de hongos".

Asimismo, aconseja secar bien los pies después del baño, especialmente entre los dedos. También es recomendable utilizar un calzado transpirable; nunca se debe de caminar descalzo por lugares públicos como piscinas o spas; no compartir el cortauñas ni otros utensilios de higiene podológica como limas; usar calcetines de fibras naturales porque absorben mejor la humedad; cambiar los calcetines con frecuencia, principalmente si están húmedos; evitar utilizar un calzado realizado materiales sintéticos y ajustado; no compartir toalla para secar los pies y lavarlos con un jabón ph neutro.



La información médica ofrecida en esta web tiene solamente un carácter formativo y educativo, y no pretende sustituir las opiniones, consejos y recomendaciones de un profesional sanitario. Las decisiones relativas a la salud deben ser tomadas por un profesional sanitario, considerando las características únicas del paciente.

30 mayo 2012

Atención y cuidado para nuestros sufridos pies

Por regla general son muy poco atendidos y muchas veces olvidados, los pies son el gran soporte de nuestro cuerpo y sin embargo no le damos la importancia debida y sobre todo teniendo presente la misión que cumplen. Solo cuando tenemos un dolor, una molestia y no podemos caminar nos acordamos de que existen. Por lo tanto los problemas en los pies se presentan en toda edad.

En los bebes antes del inicio de la marcha podemos observar frecuentemente uso inadecuado de zapatitos, empleo de andadores –los cuales son contraproducentes- y  la premura de los padres en ver a sus hijos caminando, todo lo cual genera deformidades de pies, piernas, rodillas y cadera (como  la rotación interna de caderas, piernas arqueadas), así como alteraciones de la marcha (con los pies hacia adentro).

Posteriormente en las etapas  infantil y adolescente con el inicio de las actividades deportivas los defectos de pisada y/o marcha que podían ser discretos se evidencian con mayor intensidad (pies planos o excesivamente arqueados, marcha con los pies hacia dentro, desviación de talones, dismetría de miembros inferiores), lo que se traduce en cansancio, caídas frecuentes, “dolores de crecimiento”, problemas posturales, etc. Adicionalmente el crecimiento acelerado de los pies nos hace tener mayor cuidado en el recambio del calzado.

En los adultos se ven con frecuencia deformidades de los dedos (en garra, martillo), juanetes  especialmente por zapatos estrechos, pies planos o curvados, dolor en el arco del pie y/o talones (fascitis plantar por uso de calzado inadecuado), callos y dolor en  metatarso, dolor tobillos  y  marcha inestable.


En los adultos mayores los problemas  de los pies preexistentes en la vida adulta  se acentúan empeorados por la disminución de la grasa plantar (que actúa como almohadillado), son frecuentes los callos y los juanetes que causan dolor y los problemas articulares como osteoartrosis, osteoporosis, generando dolor e inestabilidad de la marcha.  Debido a trastornos vasculares, metabólicos o reumáticos se pueden presentar ulceras como pie diabético que requieren el uso de materiales de descarga y calzado especial.

Podemos ayudar a que nuestros pies se sientan bien evitando zapatos que aprieten e impidan una correcta circulación sanguínea.

También podemos caminar sin zapatos de vez en cuando y mantener nuestros pies con una adecuada higiene.

Evita los zapatos con tacones muy altos o muy bajos y mantén una alimentación adecuada.

Ante cualquier problema en nuestros pies no dejes de consultar a algún especialista médico. 

29 diciembre 2010

El pie de atleta

El pie de atleta es una molesta infección por hongos en los pies que puede afectar a todo tipo de personas, no sólo a los deportistas, y que se contagia con bastante facilidad. El picor es el primero de los síntomas. ¿La solución? Detectarlo y tratarlo con rapidez.

¿De dónde vienen los hongos?

Aunque no los veamos, se encuentran repartidos por todo nuestro hábitat. Si entran en contacto con la piel, el cabello o las uñas, se adhieren fácilmente, pudiendo provocar una infección fúngica, también llamada micosis.

¿Cómo se contagian los hongos?

Una persona infectada, al caminar descalza, pierde unas escamas finísimas de la piel que contienen esporas de hongos, que pueden contagiarse fácilmente al entrar en contacto con la piel de otras personas. Los pliegues de las ingles, las axilas y, sobre todo, los espacios entre los dedos de los pies, son las partes del cuerpo más propensas a la infección.

¿En qué zonas hay más riesgo de contagio?

Los ambientes húmedos son los que reúnen mayores condiciones. Por esta razón, es muy importante tener la máxima precaución en piscinas, saunas, duchas y gimnasios.

¿Hay alguna fórmula eficaz contra los hongos?

Existen antifúngicos eficaces que actúan sobre la piel penetrando en las capas más profundas hasta eliminar y curar los hongos.

El clotrimazol es un antifúngico que actúa eficazmente en cualquier momento de la infección, desde el inicio hasta la infección ya instaurada, y contra los microorganismos que la causan: dermatofitos, Candida y bacterias.

¿Cómo puede prevenirse?
  1. Secar bien los pies, especialmente entre los dedos.
  2. No dejar los pies en agua caliente más de 10 minutos.
  3. Cambiar los calcetines y el calzado diariamente.
  4. Intentar llevar zapatos transpirables de piel o materias naturales. No priorizar llevar puesta la ultima moda de calzado, sino buscar el que más comodidad nos reporte.
  5. Evitar las rozaduras causadas por zapatos que no se ajusten adecuadamente.
  6. No se deben compartir toallas, calcetines ni calzado.
  7. Utilizar siempre zapatillas en gimnasios, etc.
  8. Si usted o algún miembro de su familia padece pie de atleta, evite caminar descalzo por alfombras y moquetas.
  9. Para evitar la nueva aparición del pie de atleta es aconsejable espolvorear calcetines y zapatos con un antifúngico en polvo.
¿Cómo reconocer el pie de atleta?
Sus síntomas más frecuentes son:
  • Picor.
  • Enrojecimiento de la piel.
  • Sensación de quemazón.
  • Grietas o descamación en la piel de entre los dedos de los pies.
  • Ampollitas o pequeñas escamas en la planta.
Si has observado alguno de estos síntomas, “muy probablemente” tienes pie de atleta.

Pregunta a tu farmacéutico sobre los antifúngicos especiales para el pie de atleta.

Ver más información en MedlinePlus.

16 noviembre 2010

Nuestros mejores amigos: los pies

Los pies, son nuestros aliados sin embargo no les prestamos toda la atención necesaria, a veces no nos damos cuenta de lo que son, lo que significan en nuestro cuerpo, la importancia que tienen, por eso no los cuidamos.

En verano les dedicamos algo de atención por que los llevamos al aire, mostramos nuestros pies a través de las sandalias o zapatos descalzos y aún así hay quien no les da importancia. En invierno no se ven, así que ni crema ni masajes, nada y eso no beneficia a nuestro pie ese gran castigado por nosotros mismos, esa parte sufrida de nuestro cuerpo que no se queja.

No solo son la base sobre la que nos mantenemos de pie. Tienen conexión con el resto de nuestro cuerpo y eso lo notamos a través de las zonas sensibles que nos duelen al final del día, por eso una pocas atenciones al final de cada jornada serán unas atenciones, un bienestar a nosotros mismos.


 Con unos cuidados sencillos, mejoraremos mucho, consistentes básicamente en hidratarlos, exfoliarlos y masajearlos diariamente, unas de estas acciones las podemos realizar al ducharnos, al llegar a casa o bien al irnos a la cama.

Al llegar a casa no hay nada mejor que durante unos cinco o diez minutos tumbarnos en la cama con los pies elevados realizando un masaje desde los pies a la ingle, solo un masaje para activar la circulación, sin aceites, sin cremas, sin nada. Si se puede una ducha fría de pies sería de perlas, en todo caso, si no es posible, al final de la ducha, cada mañana, terminar ésta con un chorro de agua fría en las piernas y pies es asegurarse la circulación de la sangre, óptima, para empezar un día pesado.

Así de sencillo es cuidar un poco nuestros pies, que nos transportan sin quejarse la mayor parte del tiempo, cuando ya se quejan pueden ser varios los motivos, falta de cuidados, exceso de peso … parémonos a pensarlo.

02 diciembre 2007

¿Cuántos kilómetros duran unas zapatillas?

En VITONICA he leído que por regla general 1000 kilómetros es la vida media de unas zapatillas tanto de competición como de entrenamiento. Debido a las tecnologías e innovaciones que se emplean últimamente en el calzado puede que a los 1000 kilómetros sigamos viendo las zapatillas como nuevas, pero la pérdida de amortiguación y propiedades de los materiales pueden producirnos una lesión si prolongamos la vida útil de nuestras zapatillas.

A medida que hacemos kilómetros, la mediasuela (de poliurteano, EVA u otros materiales ) sufre desgaste y disminuye su densidad, lo que la hace más fina y esto puede afectar a la biomecánica del movimiento de carrera viciando ciertos gestos y pudiento desencadenar lesiones.

Y no sólo la mediasuela sufre este desgaste, sino que los sistemas de amortiguación, antipronación y demás tecnologías aplicadas comienzan a desgastarse y perder su función, lo que puede afectar a rodilla, cadera, ligamentos y periostio.

En cuanto al calzado de competición, su vida útil suele ser sensiblemente inferior al de entrenamiento, ya que tanto suela como mediasuela tienen una densidad menor para no perder fuerza en deformación de materiales y se gastan antes.

Te puedes preguntar que quién cuenta los kilómetros que corre… normalmente los profesionales lo saben por el tipo de entrenamiento que llevan, si eres un corredor aficionado una buena solución es tener una hoja de cálculo donde vayas apuntando lo que vas corriendo al día, así llevarás cierto control sobre “tus neumáticos”. Y una vez que lleguen esos 1000 kilómetros ten en mente visitar a tu tienda de deportes y dejar las antiguas para pasear por casa.

corriendo

12 febrero 2007

La salud del atleta empieza por los pies

Activan la circulación sanguínea, favorecen la evaporación del sudor, protegen las zonas más sensibles. Es la nueva generación de calcetines diseñados para los deportistas.

Los nuevos avances se han puesto al servicio del deportista para prevenir lesiones, mejorar su práctica deportiva y, dicho en plata, dejar que el deportista sólo se preocupe de correr más rápido que nadie, saltar más lejos o jugar mejor.

En casi todas las disciplinas, la salud empieza por los pies, y las marcas no han tardado en diseñar botas y zapatillas de mil colores y formas para jugar al fútbol, al baloncesto, al tenis o al ciclismo.

Pero no todo está inventado, marcas como Medilast Sport se han propuesto ir un poco más allá: diseñar calcetines.

Estas prendas llevan, por ejemplo, unos refuerzos para proteger las zonas de más importancia, como el tendón de Aquiles y los maléolos, que evitan las molestias típicas de estas zonas y la planta del pie.

Están fabricados con un doble tejido: el primero absorbe el sudor de la piel, y el segundo absorbe el primer tejido, evaporando la humedad y evitando así la hiperhidrosis y el frío.

La mejora en el rendimiento viene dada por el ahorro de oxígeno que genera la activación de la circulación; al disponer de más oxígeno en sangre, se puede diluir más ácido láctico –causante del bloqueo muscular–. De esta forma, se consigue elevar el umbral anaeróbico del deportista y aumentar su resistencia.

Un calzado para cada actividad

  • Para andar por el monte: Cómodo, que se ajuste bien al tobillo para evitar torceduras, y con una suela bien surcada que permita andar por superficies irregulares y evacuar rápidamente el agua.

  • Para montar en bici: Zapatilla de suela dura y rígida, para concentrar el esfuerzo en la pedalada. Para evitar enganchones de cordones en el pedal, lo ideal es un sistema de cierre tipo velcro o similar.

  • Para correr: Zapatillas flexibles, con algún tipo de material absorbente de impactos en la mediasuela y que nos permitan un buen sistema de sujeción para evitar lesiones o sobrecargas.

  • Para jugar al tenis: Suela lisa y cerrados en el empeine. La idea es mantener el pie muy sujeto. Refuerzos en las zonas que más se fuerza, como pueden ser los talones.

  • Para jugar al baloncesto: Zapatilla tipo bota, de caña alta, para evitar torceduras en los tobillos motivadas por los saltos. Suelen llevar algún sistema de amortiguación, aunque limita la movilidad del tobillo.

  • Para jugar al fútbol sala: Zapatilla de suela lisa, porque se juega en una superficie lisa. Además, como el contacto con el suelo es muy abrasivo, esta suela tendrá que estar más reforzada que una normal.

03 julio 2006

Andar con buen pie: elegir calzado para caminar

Aunque cualquier calzado cómodo sirve para andar por un camino en buen estado durante un par de horas, si pretendemos hacerlo durante todo el día, considerando que en nuestra ruta encontraremos toda clase de terrenos, deberemos elegir un calzado más apropiado, ya que de la correcta elección del tipo de zapato va a depender la salud de nuestros pies.
  • A la hora de decidirse por uno u otro calzado, tenga en cuenta la superficie o terreno sobre la que va a caminar habitualmente. Superficies duras, blandas, deslizantes, asfalto, cemento, tierra, arena.
  • Si realiza pequeñas incursiones en la montaña y sólo desea aproximarse a la naturaleza, andar por tronchas, veredas y caminos, deberá elegir una bota de excursionismo o hiking.
  • Si su objetivo es una suave caminata de fin de semana y a la vez poder llegar a cualquier lugar cómodo y seguro, sus botas serán las de trekking.
De compras, mejor al final del día
  • Realice la elección del tamaño al atardecer, cuando el pie está dilatado tras la actividad de la jornada, o bien después de una caminata de 20 minutos. De esta manera, sus pies estarán en las mismas condiciones que después de haber realizado una marcha corta.
  • Pruébese las botas o zapatillas con el tipo de calcetín que habitualmente usa para caminar. Tenga en cuenta que un buen calcetín es primordial para conseguir el máximo rendimiento del calzado. Elíjalos sin costura, evitará abrasiones y rozaduras en la actividad física.
  • Si es posible, pruebe el calzado subiendo y bajando por una rampa, ya que su comportamiento en terreno llano es muy distinto del que va a encontrar en sus salidas, donde los desniveles serán habituales. De esta forma, el pie se desplazará de forma natural y podrá detectar la holgura y las posibles futuras molestias.
Comodidad ante todo
  • Pruébese el número que calza habitualmente y uno más para comparar la comodidad y el ajuste entre uno y otro. Si no tiene la seguridad de que el calzado que tiene delante es de la talla adecuada, pruébese otras botas de las mismas características pero de otros fabricantes.
  • Compruebe que el talón esté bien calzado, que el dedo gordo no se monta en los demás y que estos se pueden mover (más o menos un centímetro entre el dedo gordo y la puntera), lo ideal es un cuarto de talla más de la que usa normalmente. Pruébese las dos botas y elija tomando como referencia el pie más largo.


Radiografía de la bota
  • Elija una bota o una zapatilla de empeine suave y ligeramente elástico en la parte delantera, para que los dedos se abran naturalmente. La parte trasera deber ser más rígida, ligeramente más alta en el talón, para aumentar el ángulo que se forma entre el pie y la pierna en el momento en que empieza el empuje y así sostener el tobillo.
  • Preste atención a la suela. Para terrenos naturales elija suelas con surcos profundos que permitan que la materia que pise pueda evacuarse correctamente; en asfalto, madera o materiales sintéticos, los surcos pueden ser menos profundos, y en campos de hierba o similar, los tacos (de goma o aluminio) son lo más recomendable.
  • El talón del pie se ajustará a la base del calzado, ofreciendo una fijación total contra el canteo del tobillo.
  • La punta debe permitir que el movimiento producido al andar no dificulte el riego sanguíneo y confort de los dedos.
  • Las costuras no deben causar rozaduras en los pies y han de estar confeccionadas con material flexible para que, al andar, se apoye todo el pie, desde el talón hasta los dedos. En la parte de atrás tiene que haber una hendidura para evitar daños en el tendón de Aquiles.
  • Decídase por un material que transpire, como el cuero o la malla de nylon.
  • Átese bien las botas. El abrochamiento, debe quedar situado sobre el empeine, para evitar que el aumento del volumen del pie con el ejercicio, lesione los tendones superficiales de la zona, además debe ser firme, pero no impedir la correcta circulación sanguínea.

Fuente: revista.consumer.es

13 marzo 2006

Elegir calzado para caminar

Aunque cualquier calzado cómodo sirve para andar por un camino en buen estado durante un par de horas, si pretendemos hacerlo durante todo el día, considerando que en nuestra ruta encontraremos toda clase de terrenos, deberemos elegir un calzado más apropiado, ya que de la correcta elección del tipo de zapato va a depender la salud de nuestros pies.
  • A la hora de decidirse por uno u otro calzado, tenga en cuenta la superficie o terreno sobre la que va a caminar habitualmente. Superficies duras, blandas, deslizantes, asfalto, cemento, tierra, arena.
  • Si realiza pequeñas incursiones en la montaña y sólo desea aproximarse a la naturaleza, andar por tronchas, veredas y caminos, deberá elegir una bota de excursionismo o hiking.
  • Si su objetivo es una suave caminata de fin de semana y a la vez poder llegar a cualquier lugar cómodo y seguro, sus botas serán las de trekking.
De compras, mejor al final del día
  • Realice la elección del tamaño al atardecer, cuando el pie está dilatado tras la actividad de la jornada, o bien después de una caminata de 20 minutos. De esta manera, sus pies estarán en las mismas condiciones que después de haber realizado una marcha corta.
  • Pruébese las botas o zapatillas con el tipo de calcetín que habitualmente usa para caminar. Tenga en cuenta que un buen calcetín es primordial para conseguir el máximo rendimiento del calzado. Elíjalos sin costura, evitará abrasiones y rozaduras en la actividad física.
  • Si es posible, pruebe el calzado subiendo y bajando por una rampa, ya que su comportamiento en terreno llano es muy distinto del que va a encontrar en sus salidas, donde los desniveles serán habituales. De esta forma, el pie se desplazará de forma natural y podrá detectar la holgura y las posibles futuras molestias.
Comodidad ante todo
  • Pruébese el número que calza habitualmente y uno más para comparar la comodidad y el ajuste entre uno y otro. Si no tiene la seguridad de que el calzado que tiene delante es de la talla adecuada, pruébese otras botas de las mismas características pero de otros fabricantes.
  • Compruebe que el talón esté bien calzado, que el dedo gordo no se monta en los demás y que estos se pueden mover (más o menos un centímetro entre el dedo gordo y la puntera), lo ideal es un cuarto de talla más de la que usa normalmente. Pruébese las dos botas y elija tomando como referencia el pie más largo.
Radiografía de la bota
  • Elija una bota o una zapatilla de empeine suave y ligeramente elástico en la parte delantera, para que los dedos se abran naturalmente. La parte trasera deber ser más rígida, ligeramente más alta en el talón, para aumentar el ángulo que se forma entre el pie y la pierna en el momento en que empieza el empuje y así sostener el tobillo.
  • Preste atención a la suela. Para terrenos naturales elija suelas con surcos profundos que permitan que la materia que pise pueda evacuarse correctamente; en asfalto, madera o materiales sintéticos, los surcos pueden ser menos profundos, y en campos de hierba o similar, los tacos (de goma o aluminio) son lo más recomendable.
  • El talón del pie se ajustará a la base del calzado, ofreciendo una fijación total contra el canteo del tobillo.
  • La punta debe permitir que el movimiento producido al andar no dificulte el riego sanguíneo y confort de los dedos.
  • Las costuras no deben causar rozaduras en los pies y han de estar confeccionadas con material flexible para que, al andar, se apoye todo el pie, desde el talón hasta los dedos. En la parte de atrás tiene que haber una hendidura para evitar daños en el tendón de Aquiles.
  • Decídase por un material que transpire, como el cuero o la malla de nylon.
  • Átese bien las botas. El abrochamiento, debe quedar situado sobre el empeine, para evitar que el aumento del volumen del pie con el ejercicio, lesione los tendones superficiales de la zona, además debe ser firme, pero no impedir la correcta circulación sanguínea.
Fuente: consumer.es

19 enero 2005

Cómo relajar lo único que nos soporta

Fotografía de Pilar Toboso. (Camino de Santiago, 2004)

Cargan nuestro peso durante todo el día y, sin embargo, no reciben las atenciones que merecen. El hecho de ir cubiertos les hace pasar desapercibidos y favorece que sus deformaciones o alteraciones no sean siempre descubiertas. Pero el pie también sufre
Cuántas veces, nos hemos quitado un zapato y sentido esa sensación inexplicable de alivio, un placer que hasta nos hace suspirar y esbozar una pequeña sonrisa. Es que nuestros pies necesitan estar libres, cuidado y bien protegidos para cargar, justamente, con nosotros mismos.

De entre todas las partes de nuestro cuerpo los pies reciben el peor trato. Nos acordamos de ellos cuando nos dueles o molestan, pero el resto del tiempo les prestamos muy poca atención, a pesar de que los médicos recomiendan lo contrario.

¿Qué trabajo hacen?
Son las extremidades sobre las que nos apoyamos durante todo el día, sin ellas perderíamos el equilibrio, además absorben y amortiguan el impacto que el cuerpo recibe del suelo al andar, a la vez que facilitan la adaptación al terreno.

Con cada paso, los pies soportan una presión superior al peso del propio cuerpo, que se multiplica cuando se realizan otro tipo de actividades, como correr o saltar. Se encargan de mantener erguidas las cargas estáticas, distribuyen las presiones y actúan de palanca en la propulsión una vez que el talón se despega del suelo para ponerse en marcha.

Cuidados primarios.
Adoptar malas posturas o no usar el calzado adecuado contribuye a deformar la estructura natural del pie, que no se desarrolla plenamente hasta el final de la adolescencia, periodo en el que, surgen la gran mayoría de los problemas.

Acudir al especialista siempre que exista dolor en los pies y, sobre todo, si éste persiste en el tiempo o se detectan infecciones de hongos en las uñas o en la planta. No hacerlo conlleva consecuencias futuras cuya única solución pasa por una intervención quirúrgica.

Pies y cabeza. El dolor de pies, junto con el de cabeza, es el más frecuentes en los adultos, sin embargo, es una de las afecciones a las que menos atención se presta.

Los podólogos, aseguran que cualquier calzado que no respete la fisiología y anatomía del pie resulta perjudicial para los miembros, sobre todo si presenta excesivo tacón y punta estrecha, esto provoca la formación de callos y durezas como mal menor, y contribuye a la aparición de juanetes o dedos en garra.

Las deformidades son más frecuentes en las mujeres, en proporción de dos a uno, afecta al 70% de las mujeres frente al 30% de los hombres. En el caso de las mujeres, esta claro que es por seguir la dictadura de las modas.

Tipos de huella de pie.
Una huella normal del pie es la que en la superficie de apoyo en la zona media es igual a un tercio de la de la anchura de la huella a la altura del antepié. Cuando esto no sucede y según las principales patologías que pueden darse, se conocen hasta cuatro tipos de pie: plano, cavo, pronado y supinado.

Plano. Caracterizado por el aumento de la superficie de apoyo en la zona media del pie, esta patología conlleva en los niños una desviación del talón hacia adentro y otros problemas de rodillas. En el adulto, supone hipermovilidad en el primer metatarsiano y la formación de juanetes. Aunque esta alteración resulta muy llamativa en los primeros años de vida de un niño, si se diagnostica a tiempo y se realizan los ejercicios adecuados, puede corregirse porque constituye un problema funcional en las partes blandas y no un problema estructural.

En caso contrario, cuando la patología evoluciona hacia un problema estructural y aparecen deformaciones óseas, el tratamiento puede ser quirúrgico, si bien antes debe seguirse un tratamiento ortopédico.

Las causas más comunes de este tipo de pie son, además de la disminución del arco interno del pie (80%), determinadas alteraciones neurológicas (10%) y hereditarias (10%). Caminar descalzo por terrenos irregulares o por la playa ayuda a formar el arco y prevenir la aparición del pie plano.

Cavo. Este tipo de pie es el resultado del aumento del arco interno y externo, con ausencia de apoyo en la zona media y un mayor apoyo en el borde externo. Una situación que conlleva una sobrecarga en el metatarsal y la formación de dedos en garra. La sintomatología más evidente es el dolor cuando se permanece mucho tiempo de pie, dolor en la zona metatarsal, a veces acompañado de durezas y callos en los dedos al rozar con los calzados que no son fisiológicos.

El tratamiento suele ser ortopodológico y consiste en aumentar la superficie de apoyo mediante un soporte plantar de un molde o de una adaptación. Por otro lado, se da la circunstancia de que una persona con el pie cavo es más proclive a padecer esguinces o metatarsalgias.

En ambos casos, pies planos y cavos, la herencia juega un papel importante, antes de diagnosticar cualquier deformidad de cadera o rodillas, se debe hacer un estudio de estos miembros. Es fácil realizar tratamientos quirúrgicos en la rodilla o cadera sin habérsele practicado un estudio específico del pie, de manera que estos tratamientos no acaban de ser todo lo resolutivos que debieran.. También vemos cómo un buen tratamiento en el pie por parte del podólogo evita muchas lesiones de rodilla, cadera o espalda.

Pie pronado y supinado. Este tipo de pies pueden provocar diversas lesiones, como la llamada ‘rodilla del corredor’ (con un fuerte dolor en la parte posterior de la rótula), así como las comunes tendinitis tibiales e, incluso, algunos problemas en la cadera. Ambas patologías pueden ser tratadas mediante ejercicios y masajes que ayuden a fortalecer los músculos del pie y con la utilización de plantillas ortopédicas.

Otros cudados especiales. Las embarazadas, es conveniente acudir al podólogo porque durante este periodo, y debido al sobrepeso y la revolución hormonal, se produce un aumento de la relaxina, que disminuye el arco interno del pie.

Los diabéticos deben prestar especial atención al cuidado de sus pies al ser frecuentes la aparición de úlceras, se pueden prevenirse en el 85% de los casos, con unas sencillas normas de higiene, como el lavado y la aplicación diaria de una crema hidratante. En este sentido, la Asociación Americana de Diabetes recomienda el examen de los pies por lo menos una vez al año para identificar factores de riesgo y evaluar posibles alteraciones.

Teniendo en cuenta los problemas comunes de los pies y siendo conscientes de la importancia de elegir el calzado adecuado para cada uno de ellos, los podólogos recomiendan que después de un buen lavado se proceda a un buen secado, sobre todo entre los dedos, y la correspondiente hidratación. En el caso de excesiva sudoración, se debe recurrir a cremas antitranspirantes, que se pueden combinar con polvos en los calcetines o el zapato. Si el problema persiste será necesaria la visita a un especialista debidamente acreditado.

Otras medidas se son las siguientes:

  • Examinar los pies regularmente aunque no duelan.
  • Cortar las uñas con tijeras rectas, nunca con cortaúñas.
  • Evitar andar descalzo y exponer los pies a lesiones musculares e infecciones.
  • Controlar las grietas y cortes en la piel.
  • Ser cautelosos con los remedios caseros.
  • No ignorar el dolor.
En referencia al calzado, éste se debe comprar siempre al final del día por ser el momento en el que el pie está más dilatado. Además, en el caso de usar tacón, éste no debe sobrepasar los cuatro o cinco centímetros, mientras que la puntera debe adaptarse a los dedos, sin ser puntiaguda.
Fuente: Consumer.es