16 noviembre 2010

Nuestros mejores amigos: los pies

Los pies, son nuestros aliados sin embargo no les prestamos toda la atención necesaria, a veces no nos damos cuenta de lo que son, lo que significan en nuestro cuerpo, la importancia que tienen, por eso no los cuidamos.

En verano les dedicamos algo de atención por que los llevamos al aire, mostramos nuestros pies a través de las sandalias o zapatos descalzos y aún así hay quien no les da importancia. En invierno no se ven, así que ni crema ni masajes, nada y eso no beneficia a nuestro pie ese gran castigado por nosotros mismos, esa parte sufrida de nuestro cuerpo que no se queja.

No solo son la base sobre la que nos mantenemos de pie. Tienen conexión con el resto de nuestro cuerpo y eso lo notamos a través de las zonas sensibles que nos duelen al final del día, por eso una pocas atenciones al final de cada jornada serán unas atenciones, un bienestar a nosotros mismos.


 Con unos cuidados sencillos, mejoraremos mucho, consistentes básicamente en hidratarlos, exfoliarlos y masajearlos diariamente, unas de estas acciones las podemos realizar al ducharnos, al llegar a casa o bien al irnos a la cama.

Al llegar a casa no hay nada mejor que durante unos cinco o diez minutos tumbarnos en la cama con los pies elevados realizando un masaje desde los pies a la ingle, solo un masaje para activar la circulación, sin aceites, sin cremas, sin nada. Si se puede una ducha fría de pies sería de perlas, en todo caso, si no es posible, al final de la ducha, cada mañana, terminar ésta con un chorro de agua fría en las piernas y pies es asegurarse la circulación de la sangre, óptima, para empezar un día pesado.

Así de sencillo es cuidar un poco nuestros pies, que nos transportan sin quejarse la mayor parte del tiempo, cuando ya se quejan pueden ser varios los motivos, falta de cuidados, exceso de peso … parémonos a pensarlo.

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