05 marzo 2013

Calzado para caminar

Lo que comenzó siendo llamado (un tanto despectivamente), la ruta del colesterol, es hoy día es el paseo habitual de muchos de los habitantes cientos de lugares distribuidos por todo nuestro país. Esas personas  ven en el ejercicio diario de caminar como la mejor forma de combatir los efectos del tiempo sobre un organismo cada vez más envejecido.

Así, mejor que los cansados gimnasios, polideportivos o piscinas, las caminatas se han visto multiplicadas factorialmente por decenas de usuarios, que buscan disfrutar del paisaje además de procurarse un bienestar.
Sin embargo, lo que puede ser bueno para una parte del cuerpo, puede resultar perjudicial para otra. Me refiero a las dolencias del pie y tobillo. La fiebre que se ha desatado por el deseo de estar en forma, y está claro las bondades del ejercicio, pero la gente sale a caminar, se pone unos zapatos cómodos y ya está.

Pero no puede ser así. No se pueden caminar cinco kilómetros con un zapato cómodo, hay que buscar un calzado adecuado. Eso requiere que un calzado adecuado, tenga una cámara de aire, una sujeción suficiente del tobillo y un contrafuerte que aísle la pisada, pues a partir de los 40 años la almohadilla grasa del pie desaparece, y la cámara de aire es fundamental para afrontar una caminata.

El problema es que el calzado con esas características es feo estéticamente y entonces la mayor parte de la gente no lo usa. Yo estoy seguro de que un buen diseño, la mitad de los problemas del pie se solucionarían.
La dolencia más generalizada de los pies noes  producida por algún golpe, es la fascitis plantar, es decir, la inflamación de la fascia, un tejido que recubre la planta del pie y el arco plantar, y que se manifiesta con un dolor muy agudo en el talón.

¿Y por qué se produce? El sobrepeso no ayuda, pero es el calzado, sobre todo, el que lo ocasiona. Un zapato demasiado estrecho, demasiado alto o de suela muy fina crea los elementos propicios para la inflamación, por eso el perfil de paciente se corresponde con una mujer de más de 40 años.
 
Y lo mismo sucede con los juanetes, con la salvedad de que la deformación ósea tiene también un componente hereditario que se puede prevenir. También tienen juanetes los hombres, pero lo cierto es que hay más mujeres con esa dolencia, debe de ser por ese dicho de que para presumir hay que sufrir. El consejo es en cuanto surja el primer dolor, utilizad calzado de suela gruesa, con cuña mejor que con tacón y en caso de que sea tacón, de cuatro centímetros como máximo para mujeres y de dos para los hombres.



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