03 febrero 2013

Caminatas al amanecer gana adeptos

Desde jóvenes hasta personas de la tercera edad se reúnen todos los días para caminar en el bulevar de Jardines del Valle, de San Pedro Sula, en Honduras.

El agitado ruido de la ciudad aún no comienza y la fresca madrugada no es impedimento para que un grupo de personas dedique al menos dos horas a una caminata matutina en el bulevar Jardines del Valle.

El reloj marca las 4:30 de la mañana en el despertador de Fredy Urquía, un hombre de la tercera edad que desde hace 30 años sale a caminar al menos cuatro días a la semana.

Como ya es su costumbre, a las 4:45 de la mañana se reúne con un grupo de amigos para caminar juntos por las calles adoquinadas del bulevar. Todos viven en la zona, que comprende las colonias Villas del Sol, Universidad y Jardines.

Urquía ajusta los cordones de sus zapatillas y comienza el recorrido que comprende cuatro kilómetros. Su mayor motivación es estar saludable, ya que hace varios años pesaba 110 kg, intensificó su hora de caminata y ha logrado reducir 9 kg.

“El beneficio más grande de caminar es la salud. Se botan todas las toxinas. Esta es la mejor hora porque no hay tantos carros, bicicletas ni perros y vemos el amanecer”, dijo Carlos Deras, quien lleva cinco años dedicándose a la rutina junto a Urquía.

A las 5:20, una brisa fresca mueve suavemente las hojas de los árboles; las lámparas de la zona aún alumbran el bulevar. Una pareja de esposos conversan mientras caminan, parece que no se dan cuenta de que lo hacen en círculos desde hace más de 15 minutos.

El “buenos días” se vuelve una frase repetitiva. Muchos de los caminantes recuerdan que llegaron en parejas por primera vez con el objetivo de bajar de peso y, una vez que lo consiguen, uno de los dos deja de asistir al bulevar.

Jordán Brandel y Allan Vallecillos se conocieron corriendo hace un año, cuando Vallecillos le dio consejos acerca de los ritmos y entrenamientos a Brandel. El trayecto fue mucho más ameno para ambos y desde entonces son amigos.

Además de caminar diariamente, se reúnen todos los sábados a las cinco de la mañana con un grupo de corredores profesionales en la colonia El Pedregal. Ni la llovizna detiene uno de sus pasatiempos favoritos.

La ausencia de vehículos permite que una joven de camisa blanca y pantalones deportivos negros camine en medio de la calle escuchando música en inglés. Confiesa que las melodías vuelven amena la marcha y aprovecha ese tiempo para pensar en nuevos proyectos y trazarse metas.

Los guardias vigilan las entradas de las etapas de la colonia, pero de vez en cuando una patrulla policial recorre el sector para asegurarse de que los maleantes no atraquen a los caminantes, por lo que la mayoría de residentes prefiere salir a caminar por la madrugada. En horas de la tarde se han suscitado varios hechos delictivos.

El canto de los pájaros prevalece entre los más de 30 caminantes que agradecen el regalo de la madre naturaleza.

A las seis de la mañana, los rayos de sol, que anuncian una nueva jornada laboral, ahuyentan a los caminantes. Hoy, mañana y los días sucesivos, cuando el reloj marque las 4:45 de la mañana, este grupo de personas se volverá a encontrar en una caminata matutina.

Fuente: laprensa.hn

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