Hace tiempo (bueno, varios años) comenté en el artículo Los peligros de tomar mucha agua, sobre un estudio en el que encontraron que más del 80% de la población adulta no consumía la cantidades suficientes de agua al día. El tema dio lugar a muchos comentarios.
El agua es esencial para una variedad de funciones del organismo. Durante el día vamos
perdiendo agua, así que es necesario reemplazarla. El consumo de agua
depende del requerimiento calórico y de las circunstancias personales, lo normal en un adulto es beber entre 1,8 y 2,5 litros cada día.
La sensación de la sed es un proceso que vale la pena comentar, pues la sed es un reflejo demasiado tardío, que suele ocurrir
cuando la persona ya está teniendo problemas de deshidratación. Es por
eso no debemos esperar a tener sed para ingerir líquidos, sino que se debe ir
reemplazando conforme pasa el día.
Por otra parte, parece ser que la creencia de que es necesario beber dos litros de agua al día no tiene fundamento científico. No tenemos evidencias que demuestren que tomar dos litros de agua diarios sea beneficioso para la salud, pero ni tampoco lo contrario.
Mantener una buena hidratación es importante, sobre todo cuando el calor aprieta. Pero parece que se acepta que es necesario beber dos litros de
agua diarios. ¿Hasta qué punto es verdad? ¿Es un hecho comprobado? Como
explica este artículo es cierto que el organismo precisa un adecuado aporte de líquidos, pero no es necesario que sea solo de agua.
Este es el mensaje que lanza Spero Tsindos, autor de un artículo sobre
la ingesta de líquidos publicado en fechas recientes en una revista
australiana. El estudio señala que beber dos litros de agua al día es
una mala interpretación de lo que sería una correcta hidratación, pues
no se contempla el líquido presente en otras bebidas o alimentos. En
este caso, suplementar el consumo diario de líquidos con ocho vasos de
agua sería innecesario, pues dicha cantidad solo serviría para diluir
más la orina.
El experto australiano, de La Trobe University (Melbourne), propone beber cuando se tenga sed y no solo agua, sino cualquier bebida, incluyendo bebidas con cafeína y bebidas con baja graduación alcohólica, como la cerveza.
Algo parecido argumenta la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria
(AESAN), que estima que el consumo total de líquidos diarios debería
estar alrededor de los tres litros. De esta cantidad, un poco menos de
la mitad debería provenir de los alimentos ingeridos, en especial de
frutas y verduras. La otra mitad debería ser suplementada con agua u
otras bebidas. Esto supondría algo menos de ocho vasos de líquidos
diarios. Si se calcula que en el desayuno se toma una taza de café o
café con leche, a media mañana un zumo de frutas, en cada comida dos
vasos de agua y a la tarde otra taza de café, té o infusión, ya se alcanzan los dos litros diarios.
Entonces, ¿de dónde proviene la recomendación de beber dos litros de
agua diarios? ¿Tiene una base científica o forma parte de las campañas
publicitarias de empresas comercializadoras?
Los expertos empezaron a investigar la efectividad de tomar dos litros
de agua al día hace más de diez años y, hasta la fecha, aún no se han
encontrado evidencias que demuestren que dicha cantidad sea beneficiosa
para la salud.
Uno de estos estudios es el que realizó Heinz Valtin, de la Universidad
de Medicina de Darmouth, EE.UU., en 2002. Para la investigación, se
revisó la bibliografía sobre el tema y consultó con dietistas
especializados en la sed y el consumo de agua. La conclusión es que no
hay pruebas que demuestren que beber dos litros sea beneficioso para la
salud. Además, añade que el cuerpo humano es capaz de regular mediante la micción y la sed el equilibrio hídrico del organismo. También advierte de que un consumo excesivo de líquidos en algunos casos puede llegar a ser perjudicial.
Por su parte, en el 2008, dos investigadores de la Universidad
estadounidense de Pensilvania, analizaron antiguos trabajos para
determinar si, como anuncian algunas campañas publicitarias, beber dos
litros diarios ayudaba a depurar toxinas corporales, si era beneficioso
para el correcto funcionamiento de los órganos y si permitía adelgazar.
La conclusión fue, otra vez, que faltan evidencias que sustenten estas
hipótesis. No obstante, los autores aclararon que tampoco hay evidencias
que demuestren lo contrario.
Beber agua forma parte de un determinado estilo de vida que las campañas
publicitarias se encargan de alentar con la excusa de la eliminación de
toxinas y la pérdida de peso. El consumo de agua tiene algunas
claras recomendaciones, pero también tiene sus contraindicaciones en
algunos problemas de salud, como la insuficiencia cardíaca. En esta enfermedad, si no se moderan los líquidos que se ingieren, el corazón tiene dificultades para manejarlos y aparece dificultad para respirar
(por la acumulación de líquidos en los pulmones) y hinchazón de las
piernas. Por este motivo, hay que ser precavidos antes de forzar a las
personas mayores a que beban una abundante cantidad de líquidos.
Por otra parte, tomar abundantes líquidos se ha mostrado beneficioso para prevenir infecciones urinarias y cálculos.
Es de sentido común tener en cuenta que la cantidad de líquidos que hay
que beber tiene que ver con las pérdidas. De esta manera, si se suda en
exceso o hay pérdidas excesivas (como en el caso de una gastroenteritis) el aporte debe ser mayor.
Además de la cantidad que se bebe, también es importante el tipo de agua que se consume. Un estudio reciente muestra que el consumo de agua mineral bicarbonatada durante las comidas disminuye la absorción de triglicéridos y colesterol.
Esta es la conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores
españoles del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición
(ICTAN) y del CSIC, quienes señalan que tomar medio litro de agua
carbonatada con las comidas puede reducir hasta un 15% uno de los
principales factores de riesgo cardiovascular.
Este tipo contiene anhídrido carbónico, sodio, cloruro, litio y otros
electrolitos. Estos minerales producen un pequeño aumento del pH durante
la digestión, que hace que la vesícula biliar vierta menos bilis en el
intestino y, por tanto, se absorbe una menor cantidad de triglicéridos y colesterol.
Para el estudio usaron 18 voluntarios sanos y compararon los resultados
con un grupo control que bebía agua mineral sin carbonatar. Los autores
del trabajo publicado en el 'European Journal of Clinical Nutrition'
recomiendan tomar dos vasos de agua bicarbonatada al día, repartidos
durante las comidas principales. No obstante, aconsejan no sobrepasar
esa cantidad, ya que un exceso de gases en el tubo digestivo puede
resultar perjudicial.
En cuanto al agua de débil mineralización, a pesar de que últimamente también se publicitan algunas aguas de débil
mineralización como más saludables, esto es cierto con matices. Este tipo de líquidos sí que están aconsejados en los niños pequeños y en las personas con problemas renales. Sin embargo, en los adultos sanos no se ha mostrado un efecto beneficioso diferencial.
La información médica ofrecida en esta
web tiene solamente un carácter formativo y educativo, y no pretende
sustituir las opiniones, consejos y recomendaciones de un profesional
sanitario. Las decisiones relativas a la salud deben ser tomadas por un profesional
sanitario, considerando las características únicas del paciente.
Caminar, es el más antiguo de los ejercicios, que tiene enormes beneficios para la salud. Lo aquí expuesto es para las personas sanas que quieren seguir siéndolo y que no saben cómo cuidarse o que no pueden, no quieren o no lo intentan. El objetivo: apoyar a los que se cuidan, animar a los que no lo hacen y dar consejos útiles a ambos. Simplemente mediante el ejercicio de caminar. Ya sabes: "Caminante no hay camino... se hace camino al andar". ¿A qué esperas?
09 octubre 2012
¿Es un hábito saludable beber dos litros de agua al día o es un mito?
Etiquetas:
agua,
hidratación
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