31 julio 2012

Caminar y sus bondades


Caminar es la actividad física por excelencia que deja beneficios a la salud sin invertir mucho dinero. Quien incluye este hábito en su rutina, vivirá más y mejor. Continuamente quemará grasa, tonificará sus músculos, tendrá una mejor distribución de su peso, controlará mejor el estrés, se sentirá con más energía y, por si fuera poco, se sentirá mejor.

Al caminar por cinco minutos, a un ritmo en el que el corazón alcance los 140 latidos por minuto, los beneficios son inmediatos. Para empezar, se fortalecen los músculos de la respiración, eso ayuda a que el aire entre de manera más fácil a los pulmones. Se transporta más oxígeno a los pulmones, después al corazón y de ahí a todas las partes del cuerpo.

También mejora la fuerza y eficiencia de los impulsos del corazón, lo que permite el envío de mayor cantidad de sangre en cada palpitación.

Se tonifican los músculos de todo el cuerpo, lo que mejora la circulación en general y reduce el trabajo impuesto al corazón. Crece el número de glóbulos rojos y hemoglobina que son los transportadores del oxígeno en un 98 por ciento.

Una caminata vigorosa contribuye, además, a aumentar la tolerancia a la glucosa y mejora su utilización. Ayuda a disminuir los triglicéridos causantes del colesterol malo y aumenta el colesterol bueno.

Y también los huesos se ven beneficiados, pues incrementa la densidad de éstos y si sufre de problemas intestinales, se sentirá mejor, pues favorece la digestión y elimina la exposición a agentes cancerígenos en el colon y el estómago.

Hacerlo bien

Al caminar, no pierdas de vista la técnica; para no dañar tu estructura ósea procura:
  • Mantener la postura vertical, hombros erguidos, cabeza erecta, espalda recta, y abdomen plano.
  • Los dedos de los pies deben apuntar directamente al frente, colgar los brazos flojos a los lados.
  • Dar pasos largos y firmes, apoyando la planta del pie en forma natural y agradable.
  • Si subes o bajas colinas, o si vas con un paso muy rápido, inclínate ligeramente hacia adelante.
  • Mantén una respiración profunda (utilizando la mayor cantidad pulmonar posible) inhalando por la nariz y exhalando por la boca.
No lo abandones

Los cambios funcionales y estructurales alcanzados por tu cuerpo gracias al ejercicio no son permanentes, sino transitorios, pues desaparecen al abandonar su práctica.

Por eso la necesidad de mantener un programa regular de caminata (30 minutos al día).


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