30 mayo 2007

El ejercicio físico rejuvenece los músculos

En el blog NEOFRONTERAS , comentan que en un reciente estudio llevado a cabo en el Instituto Buck por Simon Melov y sus colaboradores se estudió la expresión de genes en diversas muestras de tejidos procedentes de 25 ancianos sanos (hombres y mujeres) antes y después de que éstos realizaran un programa de ejercicios durante seis meses. Además se compararon los resultados con los obtenidos procedentes de hombres y mujeres jóvenes.
Los perfiles de la expresión de los genes estudiados estaban relacionados con una función mitocondrial en concreto que envejece con el tiempo. Las mitocondrias son los orgánulos celulares que cumplen la función de generadores de energía dentro de las células. Muchos estudios sugieren que la disfunción de las mitocondrias lleva aparejada una pérdida de masa muscular, algo muy común entre la gente mayor.

Los resultados del estudio muestran que en los adultos maduros hay un declive de la función de mitocondrial con la edad. Sin embargo, la práctica del ejercicio produjo una remarcable inversión de los indicadores genéticos hasta niveles muy similares a los que tienen los adultos jóvenes.

Además el estudio midió la fuerza muscular comprobando que los adultos más maduros (mayores de 65 con un promedio de 70 años de edad) eran un 59% más débiles que los adultos jóvenes (entre 20 y 35 con un promedio de 26 años), pero después del programa de ejercicios sólo eran un 38% más débiles.

Los expertos están sorprendidos con este resultado porque esperaban que la expresión de genes se mantuviera constante en los adultos con más edad. Esto significa que el ejercicio no sólo produce los beneficios que ya sabemos, sino que además revierte el proceso del envejecimiento en algunos aspectos. Por tanto hay nuevos incentivos para hacer ejercicio, sobre todo a partir de cierta edad.

Los voluntarios fueron elegidos en función de su dieta, nivel de ejercicio y que no tuvieran enfermedades ni tomaran medicación que pudieran alterar los resultados.

Las muestra de tejido fueron tomadas del muslo y el programa de ejercicios se realizó durante 6 meses. Éste consistía en entrenamiento de fuerza realizado con los equipos habituales de cualquier gimnasio. Las sesiones, de una hora de duración cada una, se daban dos veces por semana. Los ancianos, aunque activos, nunca habían participado en un programa de ejercicios.
Después de que el estudio finalizara muchas de estas personas siguieron realizando ejercicios en sus casas y seguían fuertes.

En estudios futuros esperan estudiar si el ejercicio físico tiene un impacto genético en otros tejidos humanos y si los ejercicios de resistencia (correr, bicicleta) tienen el mismo tipo de efecto. En el más reciente estudio se señala que una expresión genética en particular podría ser usada como punto de partida para el desarrollo de nuevos medicamentos que modulen el proceso del envejecimiento.

El autor del estudio pone de manifiesto que la mayoría de los estudios sobre el envejecimiento se han realizado sobre gusanos, moscas de la fruta y ratones, pero éste se ha hecho sobre personas. Es particularmente gratificante, señala, ser capaz de validar científicamente algo práctico que las personas puedan hacer para mejorar su salud y su calidad de vida, así como que sean conscientes de que están haciendo algo que revierte ciertos aspectos del proceso de envejecimiento.

Todo esto muestra que nunca es tarde para empezar a hacer ejercicios físicos y recibir sus beneficios.

El ejercicio revierte el envejecimiento de los músculos óseos del ser humano. De este modo el ejercicio físico, especialmente el entrenamiento de fuerza, no sólo hace a la gente sentirse mejor y realizar cualquier tarea física con menos problemas, sino que además rejuvenece los músculos en ancianos sanos.

Fuentes y referencias: Nota de prensa y Artículo orginal en PLoS One

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