10 abril 2007

Formas de caminar

Cuando uno esta sentado sin nada mejor que hacer que observar, viéndolas pasar, a las gentes, como quien ve pasar el río mismo de la vida discurriendo, la vida despojada, transeúnte e incógnita, la mera y llana vida a pie de calle. «Vivir es deslizarse», escribió César Simón, «vivir es experimentarse, como una máquina maravillosa, por el anonimato de la existencia». Vivir es caminar, pensamos ahora, mientras vemos pasar al gentío con su inagotable repertorio de andares.

Cuando el niño hace sus primeros pinitos ignora los miles de años de esfuerzo humano que se acumulan tras la conquista de ese gesto; también ignora que cuando crezca, su forma de caminar se convertirá en un espejo de su temperamento y de su ánimo, en una metáfora de su particular manera de deslizarse por el tiempo que le ha sido concedido.

Dime cómo andas y te diré quién eres sería una buena máxima para ensayar indagaciones en la psicología humana a partir del caminar. Y así parecen haberlo entendido algunos organismos policiales dedicados a estudiar los modos de andar (balanceo de los brazos, anchura y rotación de la pelvis, flexión de las rodillas...) como una biometría que en combinación con el reconocimiento facial y la fisiognómica puede ayudar en la tarea de detectar malvados terroristas.

El andar apresurado no debe resultar sospechoso, porque es un mal muy común de nuestro tiempo. Sin embargo, caminar despacio y sin objetivo nos convierte en culpables de holgazanería e improductividad, diletantes sin rumbo fijo. Los cojos, cuyos andares siempre tienen paradójicamente algo de chulesco o desafiante, están a salvo de esa crítica. Recuerdo a un cura legendario cuya cojera le obligaba a titubear y balancear lateralmente el pie antes de apoyarlo en el suelo y por eso mereció uno de los mejores motes que conozco: el engañabaldosas. Y hubo otro cura literario tan temeroso de Dios que caminaba como asomándose a cada paso al abismo de la perdición eterna.

Pero el caminar precavido no es exclusivo del clero. Hay una modalidad cautelosa, con pesados pies de plomo y paso corto, tanteando el terreno que se pisa muy poco a poco: delata prudencia, recato, apocamiento. Y muy cerca se encuentra el andar fracasado o avergonzado, con el rabo entre las piernas, a imitación de los perros arrepentidos. En esa misma vereda de andares pesarosos y poco livianos se manifiesta otro estilo clásico, el deambular cabizbajo y con las manos atrás, que es un desplazamiento introspectivo hacia las simas de las propias interioridades. Un paso más abajo se compadece de sí mismo el andar nihilista, como alma en pena vagando sin fin por el purgatorio de las ideas nefastas, patinando en el propio charco de negro aceite con las manos en los bolsillos y los pies arrastrándose, porque no vale la pena avanzar hacia ningún lugar ni hacia ningún futuro.

En las antípodas de estos andares encogidos, estreñidos y funestos, se encuentran los entusiastas andares infantiles, los ingrávidos, los enérgicos, los coquetos; de todos ellos les hablaremos, si todo se nos anda bien, la semana que viene. Andando que es gerundio.

3 comentarios:

  1. jejeje.. buena forma de describir
    me a gustado!

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  2. Señor buenas tardes mo nombre es Antonio Ahumada mouthon, vivo en Colombia, te cuento mi historia para ver en que me puedes ayudar, Soy un Investigador privado, tengo un caso Judicial y debo realizar una comparacion morfologica en dos videos, los videos no son claros , porque no se puede realizar el cotejo mediante las particularidades de la cara, pero lo quiero hacer mediante la forma de caminar de las personas, donde puedo conseguir mas informacion en español que me hable un poquito de las diferencias de las personas en su modo de andar, tengo juicio el 28 de junio y debo hablar lo relacionado con el andar, para poder asi demostrarle al Juez del caso que los dos señores no son la misma persona pórque tiene diferente forma de andar.

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  3. Siento no poder ayudarte en este tema, pues desconozco lo que me pides, tal vez en algún departamento de la Universidad que tengas más cercana. Un saludo.

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