Setas: el manjar del diablo

Comer setas no es un juego. La posibilidad de recoger setas venenosas en el campo es muy alta, por lo que siempre se recomienda no ingerir estos hongos hasta que no hayan sido identificados como inocuos por los expertos. Estamos en plena época de setas y, como todos los años, los casos de intoxicación van en aumento día a día.

El último caso conocido es el de una mujer que se encuentra ingresada en el hospital de Santiago de Compostela a la espera de recibir un transplante de hígado que le salve de la muerte, después de que el consumo de setas venenosas le provocara un fallo hepático y no es la única. También en Santiago cinco personas de una misma familia tuvieron que acudir al centro hospitalario y uno de los niños tuvo que recibir de urgencia una donación de hígado. En Cataluña en lo que llevamos de temporada más de 20 personas han tenido que someterse a un lavado de estómago para contrarrestar los efectos provocados por la ingesta de setas.

Casi todos ellos comieron una variedad de seta conocida como Amanita phalloides, la más tóxica según los expertos en micología, llegando a provocar la muerte en la mayoría de los casos. Pero hay muchos más tipos que también resultan perjudiciales: Amanita muscaria, boletus satanas, lactarius torminosus, russula emetica,... Todas ellas con nombres llamativos, con formas apetecibles, incluso bonitas para admirarlas,... pero dentro esconden un veneno letal.

Para evitar estas intoxicaciones basta con aplicar el sentido común y no olvidarse de una regla de oro: las setas son peligrosas, pueden provocar incluso la muerte, por lo que hay que estar muy seguro de su inocuidad antes de ingerirlas. Además de este consejo básico, los micólogos ofrecen otras recomendaciones, nunca hay que recolectar las setas que tengan láminas blancas, anillo, volva y sombrero blanco, porque es muy probable que sean las amanitas. Tampoco hay que consumir setas fermentadas porque pueden ser indigestas.

Si no hace caso de estos consejos, el único remedio que le queda es acudir rápidamente al médico cuando empiece a notar efectos raros, llevando con usted una muestra de la seta que ha ingerido.