05 noviembre 2006

Caminar y hacer ejercicios con pesas son recomendables para los mayores de sesenta

Las personas que superan los sesenta no requieren reposo o inactividad para mantenerse saludables, todo lo contrario. Comenzar una vida activa físicamente, aun en aquellos mayorcitos, eternamente otrora oxidados, es altamente beneficioso para realmente mantener ese equilibrio que llaman salud.

Caminar es lo más recomendable, pero no es lo único. Los ejercicios con pesas livianas, pocas repeticiones, altyernando los días, para tonificar los grandes grupos musculares, otorgan increíble independencia en las labores habituales. La fuerza muscular se incrementa y ya es posible mover objetos, asirlos y hasta cargarlos, sin ayuda. El tono muscular mejora y protege de lesiones y achacosos dolores de causa desconocida, todos infundadamente etiquetados como artrosis o artritis.

Las flexiones y extensiones de las articulaciones del tobillo contra peso fijo mejoran la marcha y la estabilidad evitando el desequilibrio y caídas. Se puede alternar con caminatas a intensidad tolerable, de media hora o menos, según la capacidad aeróbica. No convienen saltos, trote, deportes de montaña en ninguna forma, levantamiento de pesas ni submarinismo, salvo excepciones.


Al igual que los bebés, los mayores se deshidratan fácilmente, aun más al sudar. Es preciso reponer líquidos a medida que se pierden.

Asunto de conveniencias

La práctica de un deporte conlleva un acondicionamiento físico y mental, y aparte de las preferencias que podamos tener hacia una u otra disciplina, además de las dificultades dadas por la disponibilidad de tiempo o infraestructura, existen otras consideraciones a tomar en cuenta a la hora de escoger una actividad deportiva que nos brinde beneficios con bajo riesgo de lesión.

Las personas jóvenes y "sanas" deben analizar, sin que esto limite sus expectativas, sus características antropomórficas básicas, como su constitución física, longitud de extremidades y estatura.

Los pacientes que tienen antecedentes de lesiones, cirugías o padecimientos crónicos deben tomar muy en cuenta dichas afecciones. Así, por ejemplo, aquellas personas a quienes se ha diagnosticado trastornos del cartílago articular, sea en caderas, rodillas o tobillos, deben evitar los ejercicios de impacto y se les sugiere la natación o el ciclismo; los pacientes que sufren de dolor en la espalda, que tienen antecedentes de hernia discal o de cirugía de la columna vertebral deben evitar la posición que se mantiene en la bicicleta, y se les recomienda la natación o los llamados ejercicios de Pilates.

Antes de iniciar cualquier actividad deportiva estudie bien que disciplina le conviene más para obtener el máximo provecho de su esfuerzo, y, por supuesto, consulte a su médico.

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