26 octubre 2006

Sobre el cambio de hora

Llegó el momento, para algunos tan molesto, de que se nos prive de la luz del sol una hora antes. Éste es el fin de semana en que se introduce el horario de invierno. Por mucho que oficialmente se explique la necesidad de esperar hasta las tres de la madrugada del domingo, tampoco hay que tomárselo tan al pie de la letra. Que cualquier instante resulta igual de bueno, tanto antes como después.

Un breve y claro apunte sobre los motivos (tan discutidos) de este cambio y cuándo hacerlo
lo encontramos en la Wikipedia en español.

Nosotros damos por supuesto el cambio de hora de verano, pero a poquísimos se les habrá ocurrido preguntarse por su origen, que sin embargo es bastante pintoresco.

También, en el caso de que nos lo tomemos con buen humor y/o queramos dar la buena nueva a amigos, enemigos o familiares, Yahoo Postales nos brinda la oportunidad de enviar mensajes.

Claro que la hora (la de nuestro reloj) puede saltar de manera aún más brusca en cualquier fecha del año: cada vez que hagamos un viaje de cierta extensión. Lo suficiente para cambiar de zona horaria.

Para conocerlas mejor y descubrir en qué hora viven en el resto del planeta, contamos con sitios en español como la sección Zona Horaria del sitio Enciclopedia. Y sobre las consecuencias para nuestra salud (en trastornos del sueño), en Sleep Channel, en inglés, ofrecen un estudio sobre el temido jet lag.

Se trata, en todo caso, de sutilezas en el empleo de algo tan especial como medir el paso del tiempo. De este tema trata, didácticamente, una de las secciones de Red Escolar, con datos históricos, calendarios y hasta la presencia del tiempo en el arte.

Del reloj encontramos su historia en Hora.es, que también saca a pantalla la hora del lugar desde el que nos conectamos.

Muestran diferentes modelos de instrumentos de medida en la página Relojes, incluidos los más primitivos. Mientras que Monografías facilita una sobre Métodos para medir el tiempo, con sistemas complejos como el reloj de radiocarbono.

Incluso es posible descargar reproducciones virtuales de cronógrafos, al estilo de los de Ceninet o L'Horloge Virtuelle.

Fuente: EL PAÍS - 26-10-2006

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