20 septiembre 2006

Deja paso al descanso

¿Cuánto tiempo de su día dedica para descansar o relacionarnos con los demás? Siendo realistas, el ritmo acelerado de las grandes ciudades nos ha enseñado a hacer muchas actividades rápida y eficazmente, pero nos ha dejado muy poco tiempo para disfrutar de la vida y, sobre todo, para descansar.

El descanso es vital para mantener la salud del cuerpo y para tener una vida longeva. Es en el estado de reposo total cuando nuestro cuerpo y cada una de nuestras células se regeneran. Es en el estado de calma cuando podemos dar cabida a la reflexión sobre el sentido de nuestras actividades; cuando podemos valorar la presencia incondicional de nuestros seres queridos y disfrutar de esos pequeños detalles cotidianos que de verdad permanecen en nuestros corazones.

Sin embargo, lo que tenemos es una agenda cada vez más apretada y cuando finalmentenos llegan las vacaciones, lo primero que hacemos es llenarla de compromisos familiares, actividades turísticas y mil cosas más, sin preguntarnos qué es lo qué realmente queremos hacer.

En la época de vacaciones, le invito a seguir por lo menos alguna de las siguientes recomendaciones para que pueda abrir un espacio al descanso en su vida. Créame que recuperará sus energías para seguir con sus actividades cotidianas la segunda mitad del año.

Descubra en cinco pasos cómo relajarse y recuperar la energía perdida

1. Olvídese de la agenda

Ya sea que tenga la posibilidad de salir o no de vacaciones, tome por lo menos un día a la semana o al mes para olvidarse de la agenda. Mejor aún, desconecte su teléfono y apague su celular. No tenemos que estar disponibles las 24 horas del día para cualquier cosa.

Considérese a sí mismo su prioridad y desconéctese. Tome unos minutos para cerrar los ojos, respirar suave y profundo y reflexionar sobre lo que verdaderamente desearía espontáneamente hacer durante el día.

Haga contacto con su niño o su niña interior. Pregúntese qué es lo que realmente necesita y desea hacer y consiéntase. Ya sea colorear un libro, pasar la tarde en el parque y subirse a un columpio, sacar su flauta del armario o ponerse a cantar. Por más extraño que le parezca, permítase disfrutar de cualquier actividad que desee espontáneamente.

2. Duerma bastante

A veces somos exigentes con nosotros mismos, e inclusive en las vacaciones, pensamos que lo mejor será despertarnos temprano o ir a hacer ejercicio. Aunque en la cotidianeidad es recomendable dormir únicamente de 6 a 8 horas, en las vacaciones es bueno que recupere las horas de sueño perdido. Disfrute de quedarse en su cama, duerma hasta que el cuerpo quiera y disfrute ahí quizás leyendo, escuchando música o simplemente reflexionando. Créame que todo su organismo se lo agradecerá.

3. Aprenda a relajarse

Para aprender a descansar, es importante respirar profundamente. Con el paso de los años y la reiteración de que debemos mantener el vientre contraído, hemos olvidado cómo respirar de manera profunda y relajada. La mayoría de las personas utilizamos sólo el 20 por ciento de la capacidad del diafragma y esto hace que nuestra respiración se corte y no sea rítmica. Quizá es una de las causas por las que en ocasiones se siente cansado o sin energía.

Recuéstese sobre su espalda, apoye los pies en el piso con las piernas abiertas a la misma anchura de los hombros. Permita que toda su espalda este plana en el piso y suavemente coloque sus manos en el área baja del abdomen. No haga nada.

Observe la respiración natural y cómo al inhalar su abdomen se expande como un globo y al exhalar el aire sale y el ombligo se hunde hacia la columna vertebral.

Permanezca respirando de esta forma por cinco minutos y continúe con sus actividades normales. Esta práctica la puede realizar por las mañanas al despertarse o antes de dormir. Si está de vacaciones practíquela en sus tiempos libres.

4. Camine y respire vida

Aproveche sus vacaciones y aprenda a meditar caminando. La siguiente meditación revitalizará todo su sistema, llenándolo de energía. Es ideal para practicar en la playa o en el campo, sin embargo la puede hacer siempre que camine.

Póngase de pie y cierre sus ojos por un momento. Sienta el contacto de sus pies con la tierra y empuje ligeramente los pies hacia el piso. Relaje el pecho y el abdomen.

Empiece a caminar. Va a inhalar en cuatro tiempos y a exhalar en cuatro tiempos. Al tiempo que respira, y en cada lapso, junte su dedo pulgar con el índice, en el siguiente tiempo el pulgar con el medio, luego el pulgar con el anular y por último el pulgar con el dedo meñique.

Prosiga de este modo y camine pausadamente al ritmo de su respiración. Haga el mismo movimiento con las manos mientras exhala y continúe de 10 a 15 minutos.

Si le es posible, después de esto, relájese sobre su espalda. Tanto en las plantas de los pies como en las palmas de las manos y sobre todo en los dedos de las manos existen infinidad de terminaciones nerviosas.

Al realizar este ejercicio con las manos usted estará tonificando y relajando todo su sistema nervioso y al caminar con conciencia estará equilibrando el correcto funcionamiento de sus hemisferios cerebrales.

5. Observe la naturaleza

El descanso está muy relacionado con nuestros momentos de ocio y de contemplación. No siempre tenemos que estar haciendo una actividad específica.

Practique el no hacer y cuando le sea posible siéntese y observe el movimiento de los árboles, sienta el aire tocando la piel de su cuerpo y escuche todos los sonidos, sean o no agradables.

Observe la mirada de la gente que va caminando y el pasar del tiempo. Esto es el principio de la meditación, que no es más que estar presentes momento a momento.

diario.com.mx - 20/Sept/2006

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