18 abril 2006

Para retrasar el envejecimiento, el ejercicio la mejor receta

Realizar actividad física y cuidar la alimentación puede reducir hasta cinco años la edad biológica.

Ni promisorias cirugías ni milagrosas fórmulas contra el paso de los años parecen lograr los efectos antienvejecimiento de una sana dosis semanal de ejercicios aeróbicos, de estiramiento, de equilibrio y de fuerza.

Es que, está demostrado, realizar actividad física moderada tres o cuatro veces por semana permite que el organismo alcance un equilibrio único: que la "edad" del funcionamiento de nuestro cuerpo se corresponda con la cantidad de años vividos.

Cuando ambas edades -la biológica y la cronológica- se encuentran, ocurre un retraso natural del proceso de envejecimiento.

"La forma de vivir más años es que las enfermedades no ingresen en el cuerpo, y para ello la mejor forma de luchar contra el paso de los años es con el ejercicio físico y una alimentación equilibrada", afirmó a LA NACION el médico español Ramón Vila-Rovira, director del Instituto de Cirugía Plástica y Estética Vila-Rovira, que funciona en el Centro Médico Teknon, en Barcelona (España).

De visita en nuestro país para asistir al XVI Congreso de la Federación Iberolatinoamericana de Cirugía Plástica, que finalizó anteayer en esta ciudad, el doctor Vila-Rovira presentó los resultados de sus trabajos para retrasar el envejecimiento en más de 500 pacientes realizados en los dos últimos años.

Para conocer la edad biológica de los pacientes se les realizó una prueba antienvejecimiento, que consiste en tomar muestras de saliva, orina y sangre para procesarlas y obtener un esquema de los lugares más vulnerables del organismo marcados a través de puntos verdes, amarillo y rojos.

Esos puntos, que el paciente observa en pantalla junto al médico, indican la severidad de la acumulación natural del estrés oxidativo, es decir, el desequilibrio entre la producción de radicales libres (oxidantes) y la acción de las defensas naturales (antioxidantes). A mayor estrés oxidativo, mayor velocidad de envejecimiento y de aparición de enfermedades.

"Luego de tres meses de cuidar la nutrición y de hacer ejercicio físico, ningún paciente redujo la edad biológica menos de 5 años", afirmó el especialista español, que recomendó combinar tres veces por semana ejercicios de estiramiento, entrenamiento del equilibrio, trabajos livianos de musculación y ejercicios aeróbicos, como caminar, trotar o andar en bicicleta, según la edad.

"Si sólo se piensa en correr, está mal -dijo Vila-Rovira-. Tampoco hay que pasar el límite físico que cada uno tiene, porque el ejercicio generaría más estrés."

Una sesión ideal, para el experto, tendría que incluir: 30 a 40 minutos de caminata o trote suave, 10 minutos de una rutina de musculación con peso ligero y 10 minutos de ejercicios de estiramiento, que deberían repetirse varias veces al día.

Alimentos contra los años

Claro que no se puede esperar todo del ejercicio físico. Otros hábitos, como la alimentación y el cigarrillo, conspiran contra nuestra edad biológica. "Es definitivo: si uno quiere vivir más y mejor, el cigarrillo hay que abandonarlo", sentenció Vila-Rovira.

En cuanto a la comida, el experto insistió en el concepto de "alimentación equilibrada", en lugar de dieta restrictiva. "No se trata de comer sólo lechuguita y un trocito de algún tipo de carne, sino de aprender a comer de todo y en las porciones adecuadas -insistió-. Si uno se pasa un día con una comida, todo consiste en saber cómo contrarrestar ese aumento de calorías."

Esta buena educación alimentaria incluye: respetar las cinco comidas diarias, comer cada dos horas, no ingerir cantidades mayores que las que necesita el cuerpo, tomar agua durante todo el día para hidratar las células y aumentar el consumo de verduras y frutas.

"El estrés oxidativo es un indicador de enfermedad. Las células se van cansando a lo largo del día y de los años y, en definitiva, son las que sufren y se lesionan cuando no se las trata bien", señaló Vila-Rovira.

Entre los pacientes a los que se les realizó la prueba de evaluación del estado de envejecimiento, que en España cuesta 100 euros (alrededor de 370 pesos), el punto más débil era el estómago: el 80% tenía estrés digestivo. En segundo lugar, el más afectado por el paso de los años era el aparato circulatorio.

Y a los tres a seis meses posteriores, el 100% de esos pacientes que realizaron ejercicio físico y cuidaron la nutrición habían reducido el nivel del estrés oxidativo.

"El antienvejecimiento es, en definitiva, una medida de prevención de la enfermedad, ya que todo este trabajo parte de un paciente sano. Cuando esto no es así, la persona debe ir al especialista correspondiente para el tratamiento más adecuado", concluyó Vila-Rovira.

Las cuatro claves

Flexibilidad.
La flexibilidad física es uno de los componentes de un programa de entrenamiento para retrasar el envejecimiento. Realizar 10 minutos de ejercicios de estiramiento ayuda a lograrla.

Fuerza. Otra clave es trabajar la fuerza muscular, mediante una rutina de trabajo de musculación con una sobrecarga ligera, según la edad. Se recomienda realizar 10 minutos de este tipo de ejercicios.

Capacidad aeróbica. Los ejercicios aeróbicos, como caminar, andar en bicicleta, trotar o correr durante 30 a 40 minutos, mejora la salud cardiovascular al aumentar la capacidad del corazón y del sistema vascular para transportar oxígeno al organismo.

Nutrición y descanso. Para revertir el envejecimiento, se recomienda cuidar la alimentación, beber agua durante todo el día para mejorar la hidratación celular y dormir de 6 a 8 horas diarias sin recurrir a la ayuda de fármacos.

Actividad física: una cirugía estética interior

Moverse mejora el resultado quirúrgico. "Si el ejercicio físico no se promociona entre los pacientes a los que se les hace una cirugía estética, que se ocupa sólo del exterior de la persona, los resultados no son tan buenos. Es un poco el concepto idealista de hacer una cirugía estética por dentro", dijo el doctor Ramón Vila-Rovira, miembro fundador de la Asociación Española de Microcirugía.

Como especialista en cirugía estética, plástica y reparadora, el cirujano español destacó la diferencia que él junto a su equipo comenzó a ver en los pacientes que se sometían a cirugías estéticas y que enseguida comenzaban a realizar actividad física.

"Las pacientes que se realizaban intervenciones estéticas y que un año después seguían invirtiendo en su salud con una mejor nutrición y ejercicio físico, mostraban un cambio corporal, mental y de resultados estéticos que es imposible de lograr sólo con el bisturí -comentó el experto español-. Esto nos permitió darnos cuenta de que la belleza también es interna, ya que cuando el hígado no está intoxicado o cuando el estómago está sano, el aspecto de la persona mejora."

Fue entonces cuando el equipo de trabajo crearon programas personalizados de actividad física y de nutrición para los pacientes que van a atravesar una cirugía estética. En la actualidad, según comentó el especialista, casi el 50% de los pacientes se inscriben voluntariamente hasta durante un año después de la cirugía e independientemente del peso corporal que tengan.

"El ejercicio físico, los cuidados antienvejecimiento y las cirugías estéticas tienen que estar dentro de un tratamiento integral, ya que así se duplican los beneficios de los resultados quirúrgicos -indicó Vila-Rovira-. El paciente debe saber que el cirujano trabaja un día, pero él o ella deberá hacerlo los 364 días restantes del año."

El especialista recomendó prepararse para una cirugía estética dos meses antes, con ejercicios de estiramiento y de musculación con poco peso. "Que la gente no se engañe: el éxito depende del ejercicio físico y de la nutrición", finalizó el cirujano.

Por Fabiola Czubaj, de la redacción de LA NACION (3/4/2006)

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