- Con un leve masaje, examina tus pies todos los días y observa si tienes alguna llaga, ampolla, magulladura o hundimiento de la piel, callos, cambios de coloración o de temperatura o fíjate si la forma de tus pies, uñas o dedos han cambiado. Cuida bien esos detalles.
- Chequéa bien la planta de tus pies y observa que no tenga manchas, ampollas, callos o estén descamados.
- Es importante lavar bien los pies, diariamente con un jabón suave y de preferencia agua tibia. Sécalos muy bien, sobre todo entre los dedos y utiliza talco si te sudan mucho.
- Corta tus uñas en línea recta y si observas en ellas manchas, color amarillento o fracturas, consulta con un médico podólogo, para descartar la presencia de hongos. Si necesitas igualarlas hazlo de forma pareja y con una lima de uñas.
- Si tienes callos u ojos de pescado, humedece los pies en agua tibia, utilice productos para quitarlos o acuda con un especialista. Las durezas puedes limarlas con cuidado con piedra pómez. Nunca utilices tijeras o navajas.
- Usa zapatillas cómodas y nada de calzado estrecho.
- Utiliza calcetines limpios, de algodón o lana, que no tengan figuras, parches o zurcidos que ocasionen roces. No debes utilizar ligas o bandas elásticas en las medias que ocasionen una deficiente circulación.
- Cuando tomes sol, protege la parte superior de los pies con un buen bloqueador.
Fuente: diario.com.mx
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