Los investigadores llegaron a esta conclusión tras evaluar el nivel de actividad en más de 61.000 mujeres, de edades comprendidas entre los 44 y los 70 años, durante más de una década. De estos estudios, se ha podido deducir que caminar, la actividad más frecuente entre este grupo de mujeres, es una buena opción para quienes deseen incrementar su masa ósea y reducir las posibilidades daños en los huesos provocados por la osteoporosis.
Los efectos benéficos del ejercicio físico ya habían sido puestos de manifiesto con anterioridad; sin embargo, aspectos como el tipo y duración de la actividad física no se habían determinado aún.
En esta ocasión, un nuevo trabajo destaca los beneficios de los paseos en la protección de la cadera, tanto en el caso de mujeres delgadas como para aquellas con un mayor índice de masa corporal, y añade incluso que estar de pie es mejor que cualquier otro tipo de actitud o postura sedentaria.
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