05 enero 2005

En forma sin esfuerzo


Las gimnasias suaves ofrecen de forma fácil y agradable benéficos para el cuerpo y la mente.

Un nuevo concepto de lo que significa estar en forma se está imponiendo, y hace más fácil la tarea de cuidar del propio cuerpo para conseguir más salud y mejor aspecto. Las gimnasias suaves –dentro de las cuales podemos englobar varias disciplinas como el Stretching, el BodyBalance, el método Pilates o el tai-chi–, están al alcance de todos, son efectivas y hacen más fácil seguir un programa con regularidad, sin desanimarse ni abandonar, por lo que a medio plazo resultan más efectivas que otros métodos más intensivos.

Hacer algo de ejercicio es siempre mejor que llevar una vida totalmente sedentaria. Con poco tiempo de dedicación se consiguen grandes beneficios. Las investigaciones señalan que, por ejemplo, caminar habitualmente o trabajar en el jardín tan solo una hora a la semana reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular.

La diferencia de las gimnasias suaves con otro tipo de entrenamientos más duros –como el aerobic, el jogging o los deportes de equipo– es que pone el énfasis en el bienestar psíquico y físico y no sólo en el desarrollo muscular. Es decir, el ideal que se persigue es el de una persona ligera, flexible, sin tensiones musculares, que mediante el ejercicio ha conseguido aumentar su resistencia a las enfermedades y al estrés y desarrollar un mejor ánimo para afrontar las posibles contrariedades de la vida diaria. El ejercicio formaría parte de un estilo de vida más amplio, saludable y equilibrado.

El ejercicio es garantía de salud

Un poco de ejercicio basta para aumentar el poder del sistema inmunitario. Según las últimas investigaciones es más efectivo en este sentido practicar actividades suaves en cortos periodos de tiempo que hacer un ejercicio intenso y prolongado, que puede debilitar las defensas. Caminar media hora al día o practicar gimnasia suave dos o tres veces por semana , es fundamental por la ayuda que aportan al sistema inmunitario a combatir infecciones bacterianas y virales y puede reducir la incidencia de enfermedades cardiacas, osteoporosis y cáncer.

Hay varias teorías de por qué esto es así. Una posibilidad es que la actividad física favorezca la expulsión de bacterias de los pulmones, lo que reduciría la posibilidad de contraer un resfriado, la gripe u otras enfermedades que afectan a las vías respiratorias. También se cree que la actividad física puede eliminar elementos cancerígenos al aumentar la expulsión de sustancias tóxicas mediante la orina y el sudor. Además, el ejercicio aumenta el ritmo cardiaco, lo que a su vez acelera la circulación de anticuerpos y glóbulos blancos por todo el cuerpo.

Después del ejercicio, los glóbulos blancos aumentan entre un 50 y un 300%. El ejercicio moderado también aumenta los niveles de las hormonas epineframina y norepinefrina en la sangre; ambas ponen a las células inmunitarias en estado de alerta, de modo que su actuación ante cualquier invasión es más rápida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario...