17 diciembre 2004

La evolución el hombre (1 de 2)


Nacido para correr Según los evolucionistas, cuando los homínidos estiraron su curvado y peludo cuerpo y retiraron los nudillos del suelo para situarse sobre dos patas, no fue para caminar sino para echar a correr. La clave de la evolución de los homínidos está, según un reciente estudio publicado en 'Nature', en las carreras que realizaban y en su capacidad de resistencia para recorrer largas distancias.

La transgresora teoría del biólogo Dennis Bramble (Universidad de UTA) y el antropólogo Daniel Liberman (Universidad de Harvard), asegura que el paso que determinó la superioridad del género “homo” fue su habilidad para correr. Durante 2,5 o tres millones de años existieron antepasados del ser humano bípedos de patas cortas, pero no evolucionaron más allá porque no podían correr y se extinguieron, explican en el estudio. Hasta que no desaparecieron las características anatómicas adaptadas para trepar por los árboles y comenzaron a correr, los homínidos no empezaron a parecerse al hombre actual.

"La capacidad de correr es lo que ha proporcionado al hombre su aspecto actual". Piernas largas para dar amplias zancadas, glúteos bien definidos o tendones elásticos en la parte posterior de las piernas son algunas de las características que definen al homínido de hoy en día. Para ilustrarlo, el estudio incluye un desglose comparativo de la anatomía del chimpancé, un humano actual, el 'homo erectus' y un 'australopithecus afarensis' (ver parte seguna), que da a entender que la selección natural moldeó el cuerpo para correr.

Guardianes y cazadores Esta teoría rompe con la hipótesis más aceptada, que indica que correr es una mera consecuencia de la habilidad humana de caminar. La teoría clásica, propone que los homínidos 'decidieron' ponerse en pie para ver mejor a lo lejos en la árida y extensa sabana. Las altas hierbas no permitían otear el horizonte y por eso, los guardianes y cazadores de las tribus comenzaron a erguirse para conseguirlo. La selección natural favoreció a aquellos que lo hacían y a lo largo de millones de años las características anatómicas fueron variando para dar forma a una anatomía preparada para andar. En contraste, la teoría de estos investigadores propone que la selección natural favoreció a los individuos que corrían y entrenaban mejor su capacidad cardiovascular.

¿Porqué eligieron correr si es mucho más caro energéticamente, menos seguro y más difícil que caminar? La explicación que dan a esta incongruencia es una serie de ejemplos de algunas situaciones en las que un homínido tuviera ventaja sobre el resto de animales sólo por correr. Pero no correr a grandes velocidades, algo que el hombre no puede conseguir -es uno de los mamíferos más lentos- sino correr largas distancias a ritmo regular.

Una de las hipótesis propone que correr permitía a los homínidos cazar. Antes de que nuestros antepasados fabricasen arcos, flechas, redes o lanzas, no podían conseguir la carne de otra forma más que corriendo, con astucia y habilidad. Correr supuso para el hombre un suministro de nutrientes necesarios para el crecimiento de su cerebro, como la grasa animal y las proteínas, aventuran en el estudio. "Hay evidencias de que estas prácticas de caza se realizaban hace unos 2,6 millones de años", momento en el que el género 'homo' comenzaba a imponer su supremacía, puntualizan.

Otro ejemplo que pone de relieve la superioridad del corredor, es cuando en medio de la vasta sabana prehistórica las aves carroñeras indicaban con su vuelo la presencia de un cadáver a decenas de kilómetros, los homínidos tenían que darse mucha prisa si querían conseguir alimento. Era importante llegar hasta el cadáver antes que las hienas, perros salvajes u otros animales carroñeros. Los homínidos mejor diseñados para ello sobrevivían.

Aunque aparentemente acertado, los autores apuntan que este ejemplo es difícil de constatar ya que las tribus actuales de hombres cazadores, en África, no practican casi nunca el carroñeo. Bramble y Liberman pretenden realizar un estudio más profundo de los fósiles de los muchísimos homínidos que conforman la enmarañada red evolutiva hasta el hombre actual. Así, quieren desvelar si la anatomía de corredor de maratón apareció a la vez que la del caminador y ganó la dura lucha por la supervivencia, o si la del caminador condujo a la del corredor.

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